La Iglesia nos alegra todos los años con esta solemnidad del sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado corazón de María. Dos fiestas que van muy unidas, el amor de Dios junto al amor de la criatura (María). El Corazón de Jesús, como lo vemos en su imagen, arde en amor por nosotros y está dispuesto a servirnos y a perdonarnos; sin embargo nuestra respuesta muchas veces son las espinas que rodean y causan heridas a su corazón. Muchas veces nosotros respondemos al amor de Dios con desamor, haciendo todo lo contrario a ese mandamiento culmen de Amarnos los unos a los otros.

Pidamos a Jesús y a María que nos ayuden a crecer cada día más en el amor a Dios y a nuestros hermanos, que sepamos igualmente amarnos a nosotros mismos y que seamos capaces de vivir en armonía unos con otros, como verdaderos hijos de Dios.
ORACIÓN
“¡Oh Dios, tú que has preparado en el Corazón de María, una digna morada al Espíritu Santo, haz que por la intercesión de su Corazón y su compañía e intimidad, lleguemos a ser templos de su gloria”. Amén.
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