ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SALUD

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.
Tú conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

domingo, 26 de mayo de 2019

ABRIRNOS AL DON DEL ESPÍRITU SANTO

Al finalizar el rezo del Regina Coeli este domingo 26 de mayo en el Vaticano, el Papa Francisco explicó cómo el Espíritu Santo enseña la “lógica del Evangelio” y así ayuda a la Iglesia a recordar fielmente las enseñanzas de Jesús.
“El Señor hoy nos invita a abrir nuestros corazones al don del Espíritu Santo, para guiarnos por los caminos de la historia. Día a día nos enseña la lógica del Evangelio, la lógica del amor acogedor, ‘enseñándonos todo’ y ‘recordándonos todo lo que el Señor nos ha dicho’”, dijo el Papa Francisco ante los fieles y los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
Este domingo, el Santo Padre reflexionó sobre el discurso que Jesús dirigió a los Apóstoles en la Última Cena acerca de la misión del Espíritu Santo: “El Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas, y les recordará todo cuanto yo les he dicho”.
En ese sentido, el Papa cuenta que Jesús les recordó que el Espíritu Santo siempre los iba a apoyar en “la misión de llevar el Evangelio a todo el mundo. Asimismo, inducirá a las personas “a poner en práctica concretamente las enseñanzas de Jesús”.
“Jesús regresa al Padre, pero continúa instruyendo y animando a sus discípulos a través de la acción del Espíritu Santo”, agregó.
Resultado de imagen para jesus promete enviar al espiritu santoEn otro momento, el Papa Francisco señaló que la Iglesia nunca “puede permanecer estática”, sino “actuar como una comunidad en movimiento, animada y apoyada por la luz y la fuerza del Espíritu Santo que hace que todas las cosas sean nuevas”.
“Se trata de liberarnos de las ataduras mundanas que representan nuestros puntos de vista, nuestras estrategias, nuestros objetivos, que a menudo pesan sobre el camino de la fe, y de ponernos a la escucha dócil de la Palabra del Señor”, explicó.
Finalmente, el Santo Padre destacó que, al permitir la guía del Espíritu de Dios, podrá brillar “el rostro auténtico, hermoso y luminoso, deseado por Cristo”.
Al térmnino el Regina Coaeli, el Papa Francisco saludó, como es habitual, a las familias, grupos parroquiales y asociaciones.

domingo, 19 de mayo de 2019

El mandamiento del amor

El Papa Francisco afirmó, durante el rezo del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro del Vaticano este domingo 19 de mayo, que “la única fuerza capaz de transformar nuestro corazón es el amor de Jesús, siempre que también nosotros amemos con ese amor”.
Precisamente, es el amor de Cristo “el que nos hace capaces de amar a los enemigos y de perdonar a quien nos ha ofendido”.
“El amor que se manifiesta en la cruz de Cristo y que Él nos llama a vivir, es la única fuerza que transforma nuestro corazón de piedra en corazón de carne”, afirmó el Pontífice.
En su reflexión previa al rezo del Regina Coeli, el Santo Padre comentó el pasaje evangélico en el que Jesús, reunido con los discípulos en el Cenáculo, pronuncia su último discurso antes de su Pasión. “Después de haber lavado los pies a los Discípulos”, explica el Papa, “les dice: ‘Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Como yo os he amado, así os debéis amar también los unos a los otros’”.
Sin embargo, el Pontífice planteó la cuestión de en qué sentido Jesús dice que este mandamiento es nuevo, porque “sabemos que ya en el Antiguo Testamento Dios había mandado a los miembros de su pueblo que amaran al prójimo como a ellos mismos. Jesús mismo, a quien le preguntaba cuál era el mandamiento más grande de la Ley, respondía que el primero era amar a Dios con todo el corazón, y el segundo, amar al prójimo como a uno mismo”.
“Entonces, ¿cuál es la novedad?”, volvió a preguntar Francisco. La respuesta es que “el antiguo mandamiento del amor se ha convertido en nuevo porque ha sido completado con este añadido: ‘como yo os he amado’, ‘amaos como yo os he amado’”.
Resultado de imagen para mandamiento del amor“La novedad está en el amor de Jesucristo, aquel con el que Él dio la vida por nosotros. Se trata del amor de Dios, universal, sin condiciones y sin límites, que encuentra el ápice sobre la cruz. En aquel momento de extremo abajamiento, en aquel momento de abandono al Padre, el Hijo de Dios ha mostrado y entregado al mundo la plenitud del amor”.
El Papa continuó: “Jesús nos ha amado en primer lugar, nos ha amado a pesar de nuestra fragilidad, de nuestros límites y de nuestras debilidades humanas”. “Al darnos el mandamiento nuevo, Él nos pide que nos amemos entre nosotros no sólo con mucho de nuestro amor, sino con el suyo, que el Espíritu Santo infunde en nuestros corazones si lo invocamos con fe”.
De hecho, “Dios nos ama mucho más de lo que podemos amarnos a nosotros mismos. De ese modo, podemos difundir por todas partes la semilla del amor que renueva los vínculos entre las personas y abre horizontes de esperanza”.
“Jesús siempre abre horizontes de esperanza, su amor abre horizontes de esperanza. Este amor nos hace convertirnos en hombres nuevos, hermanos y hermanas en el Señor, y hace de nosotros el nuevo Pueblo de Dios, es decir, la Iglesia, en la cual todos estamos llamados a amar a Cristo y en Él amarnos los unos a los otros”.
El Papa finalizó recordando que “el amor de Jesús nos hace ver al otro como miembro actual o futuro de la comunidad de los amigos de Jesús, nos estimula al diálogo y nos ayuda a escucharnos y a conocernos recíprocamente”.
“El amor nos abre hacia los demás, convirtiéndose en la base de las relaciones humanas. Nos hace capaces de superar las barreras de las propias debilidades y de los propios prejuicios. El amor de Jesús en nosotros crea puentes, enseña nuevos caminos, estimula el dinamismo de la fraternidad”, concluyó.

domingo, 12 de mayo de 2019

DOMINGO DEL BUEN PASTOR

Durante el rezo del Regina Coeli, este domingo 12 de mayo en que se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el Papa Francisco invitó a reflexionar sobre la figura de Jesús como Buen Pastor.
En este sentido, recordó las palabras del Evangelio de San Juan: “Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano”.
De esa frase, el Santo Padre destacó tres acciones que explican la obra de Jesús: “Él habla, conoce, da la vida eterna, custodia”.
“El Buen Pasto, Jesús, está atento a cada uno de nosotros, nos busca y nos ama, dirigiéndonos su Palabra, conociendo en profundidad nuestro corazón, nuestros deseos y nuestras esperanzas, como también nuestros errores y nuestras decepciones”, explicó Francisco.
Además, “nos acoge y nos ama como somos, con nuestros méritos y nuestros defectos. Por cada uno de nosotros Él da la vida eterna: nos ofrece la posibilidad de vivir una vida plena, sin fin. También nos custodia y nos guía con amor, ayudándonos a atravesar los senderos inaccesibles y las rutas a veces peligrosas que se nos presenta en el camino de la vida”.
Las acciones del Buen Pastor, “escuchan mi voz”, “me siguen”, son acciones “que muestra de qué modo debemos corresponder a la actitud dócil y premurosa del Señor. Escuchar y reconocer su voz, de hecho, implica intimidad con Él, que se consolida en la oración, en el encuentro corazón a corazón con el divino Maestro y Pastor de nuestras almas”.
“Esta intimidad refuerza en nosotros el deseo de seguirlo, saliendo del laberinto de recorridos erróneos, abandonando los comportamientos egoístas para encaminarse sobre caminos nuevos de fraternidad y de entrega de nosotros mismos, a imitación de Él”.
Imagen relacionadaEl Papa insistió: “No olvidemos que Jesús es el único Pastor que nos habla, que nos conoce, que nos da la vida eterna y que nos custodia. Nosotros somos su rebaño y sólo debemos esforzarnos en escuchar su voz, mientras con amor Él escruta la sinceridad de nuestros corazones”.
“Con esta continua intimidad con nuestro Pastor, surge la alegría de seguirlo dejándose conducir a la plenitud de la vida eterna. Esta vida eterna está ya presente en nuestra existencia terrena, pero se manifestará plenamente después de la muerte, introduciéndonos en la felicidad sin fin, en comunión con Dios y con todas las personas que se han dejado conducir por Él”, concluyó el Pontífice su reflexión previa al rezo del Regina Coeli.

domingo, 5 de mayo de 2019

Seamos obedientes al Señor Resucitado

(Recordemos una homilía de SS. Benedicto XVI)

Queridos hermanos y hermanas: 
"Echad la red... y encontraréis" (Jn 21, 6).
Resultado de imagen para el resucitado en el lago de tiberíadesHemos escuchado estas palabras de Jesús en el pasaje evangélico que se acaba de proclamar. Se encuentran dentro del relato de la tercera aparición del Resucitado a los discípulos junto a las orillas del mar de Tiberíades, que narra la pesca milagrosa. Después del "escándalo" de la cruz habían regresado a su tierra y a su trabajo de pescadores, es decir, a las actividades que realizaban antes de encontrarse con Jesús. Habían vuelto a la vida anterior y esto da a entender el clima de dispersión y de extravío que reinaba en su comunidad (cf. Mc 14, 27; Mt 26, 31). Para los discípulos era difícil comprender lo que había acontecido. Pero, cuando todo parecía acabado, nuevamente, como en el camino de Emaús, Jesús sale al encuentro de sus amigos. Esta vez los encuentra en el mar, lugar que hace pensar en las dificultades y las tribulaciones de la vida; los encuentra al amanecer, después de un esfuerzo estéril que había durado toda la noche. Su red estaba vacía. En cierto modo, eso parece el balance de su experiencia con Jesús:  lo habían conocido, habían estado con él y él les había prometido muchas cosas. Y, sin embargo, ahora se volvían a encontrar con la red vacía de peces.

Y he aquí que, al alba, Jesús les sale al encuentro, pero ellos no lo reconocen inmediatamente (cf. Jn 21, 4). El "alba" en la Biblia indica con frecuencia el momento de intervenciones extraordinarias de Dios. Por ejemplo, en el libro del Éxodo, "llegada la vigilia matutina", el Señor interviene "desde la columna de fuego y humo" para salvar a su pueblo que huía de Egipto (cf. Ex 14, 24). También al alba María Magdalena y las demás mujeres que habían corrido al sepulcro encuentran al Señor resucitado.

Del mismo modo, en el pasaje evangélico que estamos meditando, ya ha pasado la noche y el Señor dice a los discípulos, cansados de bregar y decepcionados por no haber pescado nada:  "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis" (Jn 21, 6). Normalmente los peces caen en la red durante la noche, cuando está oscuro, y no por la mañana, cuando el agua ya es transparente. Con todo, los discípulos se fiaron de Jesús y el resultado fue una pesca milagrosamente abundante, hasta el punto de que ya no lograban sacar la red por la gran cantidad de peces recogidos (cf. Jn 21, 6).

En ese momento, Juan, iluminado por el amor, se dirige a Pedro y le dice:  "Es el Señor" (Jn 21, 7). La mirada perspicaz del discípulo a quien Jesús amaba —icono del creyente— reconoce al Maestro presente en la orilla del lago. "Es el Señor":  esta espontánea profesión de fe es, también para nosotros, una invitación a proclamar que Cristo resucitado es el Señor de nuestra vida.