ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SALUD

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.
Tú conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

domingo, 22 de marzo de 2015

SEMANA SANTA 2015

PROGRAMACIÓN SANTUARIO NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD

JUEVES 26 DE MARZO
11 a.m. Misa crismal, en la Catedral de Facatativá.

SÁBADO 28 DE MARZO
6:30 p.m. Eucaristía para la comunidad parroquial
7:30 p.m. Representación del bautismo del Señor (en el parque principal)
 
DOMINGO DE RAMOS  29 DE MARZO
De 7 a.m. a 1:00 p.m. Eucaristía cada hora.
10:30 a.m. representación de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Bendición y procesión de Ramos.
3:30 p.m. Última eucaristía del día.

LUNES SANTO 30 DE MARZO
9: 00 a.m.  Pascua infantil (salón parroquial)
7:00 a.m.; 11:00 a.m. y 6:30 p.m. Eucaristías del día.

MARTES Y MIÉRCOLES SANTO
9: 00 a.m.  Pascua infantil (salón parroquial)
7:00 a.m.; 11:00 a.m. y 6:30 p.m. Eucaristías del día.
5:00 p.m. Confesiones.

JUEVES SANTO 02 DE ABRIL
POR LA MAÑANA

9:00 a.m. Eucaristía por y con los enfermos y los abuelos.

POR LA TARDE

Vivamos la institución de la Eucaristía, llenémonos con el mandamiento del Amor, celebremos el día sacerdotal.

INICIAMOS EL SAGRADO TRIDUO PASCUAL

5:00 p.m. MISA VESPERTINA EN LA CENA DEL SEÑOR
                Liturgia de la Palabra
                Lavatorio de los pies
                Liturgia de la Eucaristía
                Procesión del Santísimo sacramento hacia el Monumento

6:30 p.m. Representación del prendimiento de Jesús (Parque principal)

JUEVES POR LA NOCHE – HORAS SANTAS

7:00 p.m. Mensajeros, Legión de María, Pastoral juvenil.
8:00 p.m. Coro, catequistas, acólitos.
9:00 p.m. Noviciado agustiniano.
10:00 p.m. Grupo de renovación, GEV, Pastoral salud.



VIERNES SANTO  03 DE ABRIL

6:30 p.m. Visita al Santísimo en el Monumento.
9:00 a.m. Representación. Viacrucis desde el templo, por la vía Cubia, sector Chucua.

3:00 p.m. CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

5:00 p.m. Sermón de las siete Palabras y esclavación.
                Procesión con el Santo sepulcro.


SÁBADO SANTO  04 DE ABRIL

10: a.m. Recibimiento a los peregrinos de las parroquias de Funza, Madrid, Mosquera, Facatativá y Zipacón.

5:30 p.m. Procesión de la dolorosa. Llevar faroles (Marcha en silencio).
                Sermón de la soledad de María. (Salimos del templo)

10:00 p.m. SOLEMNE VIGILIA PASCUAL
             

 Liturgia de la luz –Liturgia de la Palabra
                
Liturgia bautismal –Liturgia eucarística
               

El pascualito (o pequeño cirio pascual) puede adquirirlo en el despacho parroquial. Traer recipientes con agua.




DOMINGO DE PASCUA  05 DE ABRIL


¡¡ALELUYA, CRISTO VENCIÓ A LA MUERTE, ALELUYA!!


De 7:00 a.m. a 1:00 p.m. Eucaristía de resurrección cada hora

10:30 a.m. Representación de la resurrección del Señor y procesión alrededor del parque principal.

11:00 a.m. Solemne eucaristía de resurrección


3:30 p.m. última eucaristía del día.

NUEVO OBISPO EN LA DIÓCESIS DE FACATATIVÁ

El día 21 de marzo de 2015, el nuevo obispo de la diócesis de Facatativá, tomó posesión canónica de su sede episcopal. El obispo titular de esta Iglesia es el Excelentísimo Señor JOSÉ MIGUEL GÓMEZ RODRÍGUEZ. 
 En esta foto vemos a Mons. Luis Gabriel Romero Franco, quien estaba como administrador de la diócesis, haciendo su discurso de despedida y agradecimiento. En la siguiente foto, vemos al Señor nuncio apostólico de su Santidad el Papa Francisco, Mons Ettore Ballestero.

Estos son algunos datos del Señor Obispo: nació en Bogotá el 24 de abril de 1961, en el hogar conformado por don Antonio (fallecido) y la señora María Teresa. Inició sus estudios de primaria en el Colegio San Carios, de los Padres Benedictinos. Continuó su formación, después de haberse trasladado a Manizales, en el Colegio San Luis Gonzaga, de los Padres Jesuítas. Ingresó al Seminario Mayor "Nuestra Señora del Rosario" de Manizales, en donde cursó los estudios de Filosofía (1980-1982) y Teología (1984-1986). Recibió la ordenación sacerdotal el 2 de febrero de 1987. En el Pontificio Instituto Bíblico de Roma (1988-1992) obtuvo el título de Licenciado en Sagrada Escritura. El 22 de noviembre de 2004 Su Santidad Juan Pablo II lo nombró Obispo de la Diócesis de Líbano Honda. 

Este es el nuevo obispo en su cátedra, después de tomar posesión canónica de la diócesis. Que Dios lo bendiga en su nuevo ministerio pastoral.


lunes, 9 de marzo de 2015

Las manos de Dios



LasmanosdeDiosinter
¿Por qué parece que Dios no interviene para remediar los males del hombre? Una reflexión para pensar… y actuar.
Cuando observo el campo sin arar; cuando los aperos de labranza están olvidados; cuando la tierra está quebrada y abandonada me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero, del campesino carente de recursos para defender sus derechos, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando contemplo a esa anciana olvidada; cuando su mirada es nostalgia y balbucea todavía algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor; cuando observo a su pareja deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol; cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca, se ciñe el vestido y sale a vender su cuerpo, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico, su miserable cajita de dulces sin vender; cuando lo veo dormir en una puerta titiritando de frío; cuando su mirada me reclama una caricia; cuando lo veo sin esperanzas vagar con la única compañía de un perro callejero, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?
Y me enfrento a Él y le pregunto: ¿dónde están tus manos, Señor? para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados.
Después de un largo silencio escuché su voz que me reclamó: “no te das cuenta que tú eres mis manos, atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar estrellas”.
Y comprendí que las manos de Dios somos “TU y YO”, los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje de luchar por un mundo más humano y justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia se retienen a sí mismos para ser las manos de Dios.
Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían de dar, te pido ahora perdón por el amor que me diste y no he sabido compartir, las debo usar para amar y conquistar la grandeza de la creación.
El mundo necesita de esas manos llenas de ideales, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una nueva civilización que busque valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan llegar al final habiendo entregado todo con amor. Y Dios seguramente dirá: ¡ESAS SON MIS MANOS!

http://encuentra.com/reflexiones_de_valor/las_manos_de_dios_14300/

sábado, 7 de marzo de 2015

FELIZ DÍA DE LA MUJER


María, modelo de mujer nueva

Estar dispuestos a seguir a Cristo, tras las huellas de María.


Por: P. Antonio Izquierdo y Florián Rodero | Fuente: Catholic.net






Quiero invitarlos a volver una vez más su mirada a María. Ella es, como dice el Papa Pablo VI, "el modelo de mujer nueva y cristiana perfecta, tipo eminente de la condición femenina y modelo singularísimo de vida evangélica". "En su condición concreta de vida, Ella se adhirió completa y responsablemente a la voluntad de Dios, porque acogió su palabra y la puso en práctica, porque su acción estuvo animada por la caridad y por el espíritu de servicio, porque, en fin, fue la primera y más perfecta seguidora de Cristo".

M e d i t a c i ó n 

El hombre desde sus mismos orígenes ansía con anhelo la novedad. Ahí está la clave de la ciencia y del progreso, de la técnica y del arte, de la filosofía y de la religión. Un único terreno le estaba vedado: el misterio infinito de Dios. Hasta que un día Dios mismo, en su designio de bondad y de amor, nos lo reveló por medio de Jesús, el Hombre nuevo, gracia a María, su Madre, la Mujer nueva.

1. Modelo de mujer nueva. Dios es la fuente de toda novedad en la historia. Mujer nueva será aquella que más viva llena de Dios y de su Espíritu. Esa mujer nueva por excelencia es María santísima. Ella, en efecto, es la llena de gracia de Dios; ella formó en su seno virginal al Hijo de Dios, hecho hombre para salvarnos, el Hombre nuevo por antonomasia. Toda mujer que busque la verdadera novedad, no efímera ni pasajera sino perenne, ha de mirar a María y verla reflejada en Ella. Ella encarna la Novedad de Dios. Ella es nueva porque es plenitud de gracia, de santidad, de amor, recibida de la fuente inagotable del ser y de la vida que es Dios.

2. Adhesión completa a la Voluntad de Dios. El hombre nuevo dice a Dios, su Padre: ´He aquí que vengo para hacer tu voluntad´. La mujer nueva responde al ángel: ´Hágase en mí según tu palabra´. Como Jesús, el Hombre nuevo, María, Mujer nueva, tiene como alimento único la Voluntad del Padre. En las penas y en los sufrimientos repite como Jesús en Getsemaní: ´No se haga como yo quiero, sino como quieres Tú´. Y al igual que Jesús puede terminar su peregrinación terrena con las palabras inefables: ´Todo se ha cumplido´. Adhesión a la Voluntad de Dios que surge de la fe y del amor, que lleva el sello de la firmeza y de la constancia, que se realiza por igual en la alegría y en el dolor, que afecta a la mente, al corazón y a las obras.

3. La primera seguidora de Cristo. María fue la primera mujer que escuchó de Jesús, en la intimidad de su alma, las significativas palabras: ´Ven, sígueme´. Ella fue la primera seguidora y discípula de Jesús. Ella respondió siempre, con docilidad y generosidad, al llamado de su Hijo. Siguió a Cristo en la sencillez y ocultamiento de Nazaret. Siguió a Cristo, con su corazón de madre y de discípula, en sus prolongadas correrías apostólicas. Siguió a Cristo en la persecución y en la incomprensión de los hombres. Siguió a Cristo hasta la cruz y hasta la resurrección. Finalmente, siguió a Cristo, en cuerpo y alma, hasta la gloria de los cielos. María es, pues, la primera, la más auténtica y fiel, la más santa y perfecta seguidora y discípula de Cristo.

4. Fruto: Estar dispuestos a seguir a Cristo, tras las huellas de María, en todo momento y ocasión, para ser sus verdaderos discípulos y apóstoles de su Reino.
http://es.catholic.net/op/articulos/3678/cat/301/maria-modelo-de-mujer-nueva.html

Que la Virgen María, Nuestra Señora de la Salud, bendiga y acompañe en su diario vivir, a las mujeres santas que son madres, hijas, hermanas, tías, abuelas, sobrinas, madrinas, ahijadas, trabajadoras en diferentes sectores de la sociedad... FELIZ DÍA DE LA MUJER, MUCHAS BENDICIONES.

Cinco pasos para construir relaciones más equitativas entre hombres y mujeres

Cinco pasos para construir relaciones más equitativas entre hombres y mujeres

lunes, 2 de marzo de 2015

La Conferencia Episcopal Colombiana calificó como tendencioso y hostil el programa de Séptimo Día

Apreciados hermano/as, el pasado 1 de marzo el canal Caracol transmitió un programa tendencioso y hostil, donde se ve el odio hacia las cosas de Dios y más en concreto con la Iglesia. Por eso quiero advertirles a todos el peligro de creer en todo lo que muestran los medios de comunicación, y aún más cuando se trata de la Iglesia. Ciertamente algunos sacerdotes han sido infieles a su compromiso con Cristo, pero a pesar de eso, son muchos más los sacerdotes buenos, que trabajan por las comunidades y dan testimonio de vida cristiana, sin embargo eso no vende ante los medios de comunicación, eso no da publicidad, raiting, porque simplemente lo que buscan es desprestigiar a la Iglesia. A continuación pongo a disposición de todos la respuesta que hace la Conferencia Episcopal Colombiana sobre dicho programa. 

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) lamentó que dentro de la institución se presenten algunos casos de homosexualidad, que "aunque aislados y poco frecuentes, provocan escándalo en la opinión pública y profundo dolor en la comunidad eclesial", así lo hizo conocer en un comunicado.
El pronunciamiento se dio luego de la emisión del programa Séptimo Día, difundido el día domingo primero de marzo, donde se hizo referencia a temas relacionados con la homosexualidad en el clero.
La CEC informó que frente a este tipo de casos, la Iglesia ya está actuando para prevenirlos y afirmó además que en la actualidad, hay mayores controles en los seminarios para fortalecer las vocaciones, más acompañamiento y formación permanente a los sacerdotes para asegurarse de que ellos posean realmente una madurez humana, afectiva y espiritual.
Por otra parte, la Iglesia denunció la falta de rigor, objetividad y equilibrio que caracterizó el modo en el que fueron abordados diversas temáticas durante la transmisión del programa. "Las entrevistas concedidas por monseñor Luis Augusto Castro, presidente del episcopado, y por otros Obispos, fueron editadas y reducidas a breves intervenciones, lo que impidió a la opinión pública conocer las acciones que tanto la Santa Sede como la Iglesia Católica en Colombia han tomado para prevenir y sancionar las conductas contrarias al recto ejercicio del ministerio sacerdotal".
Finalmente la CEC invitó a todos los católicos a no desanimarse ante los ataques que buscan "socavar la credibilidad" de la Iglesia católica. "Como jerarquía les aseguramos que seguiremos trabajando para que cada día resplandezca más y mejor la santidad de sus pastores". (http://www.cec.org.co/destacados/4143-la-cec-califico-como-tendencioso-y-hostil-el-programa-de-septimo-dia)


COMUNICADO
DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA

Bogotá D.C., 2 de marzo de 2015


La emisión del programa “Séptimo día”, transmitida el domingo 1 de marzo por el Canal Caracol, presentó a la opinión pública algunos casos de sacerdotes que han sido infieles al don y al compromiso del celibato.

Al respecto, la Conferencia Episcopal de Colombia quiere aclarar lo siguiente:

1.    La Iglesia Católica en Colombia lamenta esos casos aislados y poco frecuentes de infidelidad a Cristo que han provocado escándalo en la opinión pública y profundo dolor en la comunidad eclesial. Invitamos a nuestros fieles a orar por sus sacerdotes, para que vivan fiel y coherentemente los compromisos que han adquirido por su ministerio sacerdotal.

2.    Advertimos, sin embargo, que los casos presentados en el programa “Séptimo día” no pueden servir para emitir un juicio sobre la conducta de nuestros ministros: la inmensa mayoría de los sacerdotes ejercen su labor pastoral con generosa entrega a la vocación recibida de Dios. Para ser fieles a la verdad, el programa “Séptimo día” debería visibilizar también las labores que la mayoría de los sacerdotes cumplen en beneficio espiritual y material de sus comunidades, especialmente de las más pobres y desfavorecidas, así como su santidad de vida.

3.    La Iglesia denuncia la falta de rigor, objetividad y equilibrio que caracterizó el modo en el que fueron abordados diversas temáticas durante la transmisión.  Las entrevistas concedida por Monseñor Luis Augusto Castro, Presidente de la Conferencia Episcopal, y por otros Obispos, fueron editadas y reducidas a breves intervenciones, lo que impidió a la opinión pública conocer las acciones que tanto la Santa Sede como la Iglesia Católica en Colombia han tomado para prevenir y sancionar las conductas contrarias al recto ejercicio del ministerio sacerdotal.

4.    La Santa Sede y la Iglesia Católica en Colombia han asumido el compromiso de promover en los ministros ordenados una vivencia más profunda y coherente de su vocación:

a)    En primer lugar, se han ejercido mayores controles en el discernimiento vocacional y en la formación de los candidatos al sacerdocio para asegurarse de que quienes sean promovidos al Ministerio posean una sólida madurez humana, afectiva y espiritual; y se ha fortalecido la formación y el acompañamiento permanentes de nuestros sacerdotes, especialmente en lo que se refiere a la vivencia del sagrado don del celibato.

b)    Cuando se han presentado casos de infidelidad personal a los diversos compromisos asumidos en la Ordenación, siguiendo las directrices de la Santa Sede, se han tomado las medidas disciplinarias oportunas, llegando incluso a establecer la dimisión del estado clerical de los sacerdotes implicados en conductas contrarias al ejercicio fiel del Ministerio ordenado.

c)    En lo que se refiere al pecado y crimen del abuso sexual de menores, la Iglesia en Colombia ha desarrollado e implantado, en la totalidad de sus Circunscripciones eclesiásticas, una sólida “Política de protección de  menores” que incluye el establecimiento de medidas de prevención, investigación y sanción de esos delitos, el acompañamiento a las víctimas así como un compromiso eficaz de colaboración con las autoridades civiles. La Iglesia en Colombia es plenamente consciente de que no hay lugar en el sacerdocio para aquellos que puedan representar un riesgo para la seguridad de los menores. En ese campo, siguiendo las indicaciones de la Santa Sede, en nuestra Iglesia rige hoy una política de “tolerancia cero”.

5.    El desconocimiento de las acciones que como Iglesia hemos y estamos realizando para purificar la vida y el ministerio de nuestros sacerdotes, nos lleva a interpretar la emisión de dicho programa como tendencioso, de hostil ataque a nuestra institucionalidad. Hacemos de manera especial un llamado a Caracol y a quienes, por una u otra razón no simpatizan con la Iglesia católica, para que no pierdan la objetividad que debe caracterizarlos, respetando la verdad completa como principio de una sana información y convivencia.

A los creyentes y fieles católicos los invitamos a no desanimarse ante los ataques que pretenden socavar la credibilidad de nuestra Iglesia católica; como jerarquía les aseguramos que seguiremos trabajando para que cada día resplandezca más y mejor la santidad de sus pastores.



+ JOSÉ DANIEL FALLA ROBLES
Obispo auxiliar de Cali
Secretario General de la Conferencia Episcopal

MENSAJE DEL PAPA PARA ESTA CUARESMA 2015


Fortalezcan sus corazones (St 5,8)

Queridos hermanos y hermanas:

La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen… Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.
Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las respuestas a las preguntas que la historia le plantea continuamente. Uno de los desafíos más urgentes sobre los que quiero detenerme en este Mensaje es el de la globalización de la indiferencia.

La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan.

Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación de cada hombre. En la encarnación, en la vida terrena, en la muerte y resurrección del Hijo de Dios, se abre definitivamente la puerta entre Dios y el hombre, entre el cielo y la tierra. Y la Iglesia es como la mano que tiene abierta esta puerta mediante la proclamación de la Palabra, la celebración de los sacramentos, el testimonio de la fe que actúa por la caridad (cf. Ga 5,6). Sin embargo, el mundo tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra en el mundo y el mundo en Él. Así, la mano, que es la Iglesia, nunca debe sorprenderse si es rechazada, aplastada o herida.

El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación.

1. «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co 12,26) – La Iglesia
La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres. Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies. Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo. Sólo éstos tienen “parte” con Él (Jn 13,8) y así pueden servir al hombre.

La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás. «Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se alegran con él» (1 Co 12,26).

La Iglesia es communio sanctorum porque en ella participan los santos, pero a su vez porque es comunión de cosas santas: el amor de Dios que se nos reveló en Cristo y todos sus dones. Entre éstos está también la respuesta de cuantos se dejan tocar por ese amor. En esta comunión de los santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo que tiene es para todos. Y puesto que estamos unidos en Dios, podemos hacer algo también por quienes están lejos, por aquellos a quienes nunca podríamos llegar sólo con nuestras fuerzas, porque con ellos y por ellos rezamos a Dios para que todos nos abramos a su obra de salvación.

2. «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9) – Las parroquias y las comunidades
Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo en la vida de las parroquias y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se tiene la experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe y comparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf. Lc 16,19-31).
Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da es preciso superar los confines de la Iglesia visible en dos direcciones.

En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos del mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que, con la muerte y la resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de que la alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima: «Cuento mucho con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir trabajando para la Iglesia y para las almas» (Carta 254,14 julio 1897).

 También nosotros participamos de los méritos y de la alegría de los santos, así como ellos participan de nuestra lucha y nuestro deseo de paz y reconciliación. Su alegría por la victoria de Cristo resucitado es para nosotros motivo de fuerza para superar tantas formas de indiferencia y de dureza de corazón.

Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres.

Esta misión es el testimonio paciente de Aquel que quiere llevar toda la realidad y cada hombre al Padre. La misión es lo que el amor no puede callar. La Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la lleva a cada hombre, hasta los confines de la tierra (cf.Hch 1,8). Así podemos ver en nuestro prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo murió y resucitó. Lo que hemos recibido, lo hemos recibido también para ellos. E, igualmente, lo que estos hermanos poseen es un don para la Iglesia y para toda la humanidad.

Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.

3. «Fortalezcan sus corazones» (St 5,8) – La persona creyente
También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de impotencia?

En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia —también a nivel diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de la oración.

En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad.

Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al mundo y a nosotros mismos.

Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a todos que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón, como dijo Benedicto XVI (Ct. enc. Deus caritas est, 31). Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro.

Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo en esta Cuaresma: “Fac cor nostrum secundum Cor tuum”: “Haz nuestro corazón semejante al tuyo” (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). De ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia.

Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente y toda comunidad eclesial recorra provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido que recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde.

Vaticano, 4 de octubre de 2014
Fiesta de san Francisco de Asís
Franciscus