ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SALUD

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.
Tú conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

domingo, 27 de enero de 2019

VIGILIA CON LOS JÓVENES


DISCURSO DEL SANTO PADRE
Campo San Juan Pablo II – Metro Park
Sábado, 26 de enero de 2019


Queridos jóvenes, ¡buenas tardes!
Vimos este hermoso espectáculo sobre el Árbol de la Vida que nos muestra cómo la vida que Jesús nos regala es una historia de amor, una historia de vida que quiere mezclarse con la nuestra y echar raíces en la tierra de cada uno. Esa vida no es una salvación colgada “en la nube” esperando ser descargada, ni una “aplicación” nueva a descubrir o un ejercicio mental fruto de técnicas de autosuperación. Tampoco la vida que Dios nos ofrece es un “tutorial” con el que aprender la última novedad. La salvación que Dios nos regala es una invitación a formar parte de una historia de amor que se entreteje con nuestras historias; que vive y quiere nacer entre nosotros para que demos fruto allí donde estemos, como estemos y con quien estemos. Allí viene el Señor a plantar y a plantarse; es el primero en decir “sí” a nuestra vida, él siempre va primero. Es el primero a decir sí a nuestra historia, y quiere que también digamos “sí” junto a Él. Él siempre nos primerea, es primero.
Y así sorprendió a María y la invitó a formar parte de esta historia de amor. Sin lugar a dudas la joven de Nazaret no salía en las “redes sociales” de la época, ella no era una “influencer”, pero sin quererlo ni buscarlo se volvió la mujer que más influenció en la historia. Y le podemos decir con confianza de hijos: María, la “influencer” de Dios. Con pocas palabras se animó a decir “sí” y a confiar en el amor, a confiar en las promesas de Dios, que es la única fuerza capaz de renovar, de hacer nuevas todas las cosas. Y todos nosotros hoy tenemos algo que hacer nuevo adentro, hoy tenemos que dejar que Dios renueve algo en mi corazón. Pensemos un poquito: ¿qué quiero yo que Dios renueve en mi corazón?
Siempre llama la atención la fuerza del “sí” de María, Joven. La fuerza de ese «hágase» que le dijo al ángel. Fue una cosa distinta a una aceptación pasiva o resignada. Fue algo distinto a un “sí” como diciendo: bueno, vamos a probar a ver qué pasa. María no conocía esa expresión: vamos a ver qué pasa. Era decidida, supo de qué se trataba y dijo “sí”, sin vueltas. Fue algo más, fue algo distinto. Fue el “sí” de quien quiere comprometerse y el que quiere arriesgar, de quien quiere apostarlo todo, sin más seguridad que la certeza de saber que era portadora de una promesa. Y yo les pregunto a cada uno de ustedes. ¿Se sienten portadores de una promesa? ¿Qué promesa tengo en el corazón para llevar adelante? María tendría, sin dudas, una misión difícil, pero las dificultades no eran una razón para decir “no”. Seguro que tendría complicaciones, pero no serían las mismas complicaciones que se producen cuando la cobardía nos paraliza por no tener todo claro o asegurado de antemano. ¡María no compró un seguro de vida! ¡María se jugó y por eso es fuerte, por eso es una influencer, es la influencer de Dios! El “sí” y las ganas de servir fueron más fuertes que las dudas y las dificultades.
Esta tarde también escuchamos cómo el “sí” de María hace eco y se multiplica de generación en generación. Muchos jóvenes a ejemplo de María arriesgan y apuestan, guiados por una promesa. Gracias Erika y Rogelio por el testimonio que nos han regalado. Fueron valientes estos: merecen un aplauso. Gracias. Compartieron sus temores, las dificultades, todo el riesgo vivido ante el nacimiento de Inés. En un momento dijeron: «A los padres, por diversas circunstancias, nos cuesta aceptar la llegada de un bebé con alguna enfermedad o discapacidad», eso es cierto, es comprensible. Pero lo sorprendente fue cuando agregaron: «al nacer nuestra hija decidimos amarla con todo nuestro corazón». Ante su llegada, frente a todos los anuncios y dificultades que aparecían, tomaron una decisión y dijeron como María «hágase», decidieron amarla. Frente a la vida de vuestra hija frágil, indefensa y necesitada la respuesta de ustedes, Erika y Rogelio, fue “sí”, y ahí tenemos a Inés. ¡Ustedes se animaron a creer que el mundo no es solo para los fuertes ¡Gracias!
Decir “sí” al Señor, es animarse a abrazar la vida como viene con toda su fragilidad y pequeñez y hasta muchas veces con todas sus contradicciones e insignificancias con el mismo amor con el que nos hablaron Erika y Rogelio. Asumir la vida como viene. Es abrazar nuestra patria, nuestras familias, nuestros amigos tal como son, también con sus fragilidades y pequeñeces. Abrazar la vida se manifiesta también cuando damos la bienvenida a todo lo que no es perfecto, a todo lo que no es puro ni destilado, pero por eso no es menos digno de amor. ¿Acaso alguien por ser discapacitado o frágil no es digno de amor? Les pregunto: un discapacitado, una persona discapacitada, una persona frágil, ¿es digna de amor? [¡Sí!] No se oye bien… [¡Sí!] Entendieron. Otra pregunta. A ver cómo responden. Alguien por ser extranjero, por haberse equivocado, por estar enfermo o en una prisión ¿es digno de amor? [¡Sííí!] Y así lo hizo Jesús: abrazó al leproso, al ciego, al paralítico, abrazó al fariseo y al pecador. Abrazó al ladrón en la cruz e incluso abrazó y perdonó a quienes lo estaban crucificando.
¿Por qué? Porque solo lo que se ama puede ser salvado. Vos no podés salvar una persona, vos no podés salvar una situación, sino la amás. Solo lo que se ama puede ser salvado. ¿Lo repetimos? [juntos] Solo lo que se ama puede ser salvado. Otra vez. [jóvenes: “Solo lo que se ama puede ser salvado”] No olvidemos. Por eso nosotros somos salvados por Jesús, porque nos ama y no puede con su genio. Podemos hacerle las mil y unas, pero nos ama, y nos salva. Porque solo lo que se ama puede ser salvado. Solo lo que se abraza puede ser transformado. El amor del Señor es más grande que todas nuestras contradicciones, que todas nuestras fragilidades y que todas nuestras pequeñeces. Pero es precisamente a través de nuestras contradicciones, fragilidades y pequeñeces como Él quiere escribir esta historia de amor. Abrazó al hijo pródigo, abrazó a Pedro después de las negaciones y nos abraza siempre, siempre, siempre después de nuestras caídas ayudándonos a levantarnos y ponernos de pie. Porque la verdadera caída –atención a esto– la verdadera caída, la que es capaz de arruinarnos la vida es la de permanecer en el piso y no dejarse ayudar. Hay un canto alpino muy lindo que van cantando mientras suben la montaña: “En el arte de ascender, la victoria no está en no caer, sino en no permanecer caído”. No permanecer caído… La mano para que te alcen. No permanecer caído.
¡El primer paso es no tener miedo de recibir la vida como viene, no tener miedo de abrazar la vida como es. Este es el árbol de la vida que hemos visto hoy.
Gracias Alfredo por tu testimonio y la valentía de compartirlo con todos nosotros. Me impresionó mucho cuando decías: «comencé a trabajar en la construcción hasta que se terminó dicho proyecto. Sin empleo las cosas tomaron otro color: sin colegio, sin ocupación y sin trabajo». Lo resumo en los cuatro “sin” que dejaron nuestra vida sin raíces y se seca: sin trabajo, sin educación, sincomunidad, y sin familia. Es decir vidas sin raíces. Sin trabajo, sin educación, sin comunidad, y sin familia. Estos cuatro “sin” matan.
Es imposible que alguien crezca si no tiene raíces fuertes que ayuden a estar bien sostenido y agarrado a la tierra. Es fácil “volarse” cuando no hay desde donde agarrarse, de donde sujetarse. Y esta es una pregunta que los mayores estamos obligados a hacernos, los mayores que estamos aquí, es más, es una pregunta que ustedes tendrán que hacernos, ustedes los jóvenes tendrán que hacernos a los mayores y tendremos el deber de respondérsela: ¿qué raíces les estamos dando? ¿Qué cimientos para construirse como personas les estamos facilitando? Es una pregunta para nosotros los mayores. Qué fácil resulta criticar a los jóvenes y pasar el tiempo murmurando si les privamos de oportunidades laborales, educativas y comunitarias desde donde agarrarse y soñar un futuro. Sin educación es difícil soñar futuro, sin trabajo es muy difícil soñar futuro, sin familia y sin comunidad es casi imposible soñar futuro. Porque soñar el futuro es aprender a responder no solo para qué vivo, sino para quién vivo, para quién vale la pena gastar mi vida. Y eso lo tenemos que facilitar nosotros, los mayores, dándoles trabajo, educación, comunidad, oportunidades.
Como nos decía Alfredo, cuando uno se descuelga y queda sin trabajo, sin educación, sin comunidad y sin familia al final del día nos sentimos vacíos y terminamos llenando ese vacío con cualquier cosa, con cualquier verdura. Porque ya no sabemos para quién vivir, luchar y amar. A los mayores que están aquí y a los que nos están viendo les pregunto: ¿Qué hacés vos para generar futuro, ganas de futuro en los jóvenes de hoy? ¿Sos capaz de luchar para que tengan educación, para que tenga trabajo, para que tengan familia, para que tengan comunidad? Cada uno de los grandes respondámonos en el corazón.
Recuerdo una vez charlando con unos jóvenes que uno me pregunta: ¿por qué hoy muchos jóvenes no se preguntan sobre si Dios existe o les cuesta creer en Él y les falta tanto compromiso por la vida? Les contesté: Y ustedes, ¿qué piensan sobre esto? Entre las respuestas que surgieron en la conversación me acuerdo de una que me tocó el corazón y tiene que ver con la experiencia que Alfredo compartía: Padre, “es que muchos de ellos sienten que, poco a poco, dejaron de existir para otros, se sienten muchas veces invisibles”. Muchos jóvenes sienten que dejaron de existir para otros, para la familia, para la sociedad para la comunidad…, y entonces mucha veces se sienten invisibles. Es la cultura del abandono y de la falta de consideración. No digo todos, pero muchos sienten que no tienen mucho o nada para aportar porque no cuentan con espacios reales desde donde sentirse convocados. ¿Cómo van a pensar que Dios existe si ellos, estos jóvenes, hace tiempo dejaron de existir para sus hermanos y para la sociedad? Así los estamos empujando a no mirar el futuro. Y a caer en las garras de cualquier droga, de cualquier cosa que los destruye. Podemos preguntarnos: ¿Qué hago yo con los jóvenes que veo? ¿Los critico, o no me interesan? ¿Los ayudo, o no me interesan? ¿Es verdad que para mí dejaron de existir hace tiempo?
Lo sabemos bien, no basta estar todo el día conectado para sentirse reconocido y amado. Sentirse considerado e invitado a algo es más grande que estar “en la red”. Significa encontrar espacios en el que puedan con sus manos, con su corazón y con su cabeza sentirse parte de una comunidad más grande que los necesita, y que también ustedes, jóvenes, necesitan.
Y eso los santos lo entendieron bien. Pienso por ejemplo en Don Bosco que no se fue a buscar a los jóvenes a ninguna parte. A ver acá, los que quieren a Don Bosco, un aplauso. Don Bosco no se fue a buscar a los jóvenes a ninguna parte lejana o especial, simplemente aprendió a mirar, a ver todo lo que pasaba a su alrededor en la ciudad con los ojos de Dios y, así, su corazón fue golpeado por cientos de niños, de jóvenes abandonados sin estudio, sin trabajo y sin la mano amiga de una comunidad. Muchos vivían en la misma ciudad, muchos criticaban a esos jóvenes, pero no sabían mirarlos con los ojos de Dios. A los jóvenes hay que mirarlos con los ojos de Dios. Él lo hizo, se animó Don Bosco a dar el primer paso: abrazar la vida como se presenta y, a partir de ahí, no tuvo miedo de dar el segundo paso: crear con ellos una comunidad, una familia donde con trabajo y estudio se sintieran amados. Darles raíces desde donde sujetarse para que puedan llegar al cielo. Para que puedan ser alguien en la sociedad. Darles raíces para que se agarren y no los tire abajo el primer viento que viene. Eso hizo Don Bosco, eso hicieron los santos, eso hacen las comunidades que saben mirar a los jóvenes con los ojos de Dios ¿Se animan ustedes los grandes a mirar a los jóvenes con los ojos de Dios? [Sí!]
Pienso en muchos lugares de nuestra América Latina que promueven lo que llaman familia grande hogar de Cristo que, con el mismo espíritu de otros centros, buscan recibir la vida como viene en su totalidad y complejidad porque saben que el árbol siempre guarda una esperanza: si es cortado, aún puede retoñar, y no dejará de echar renuevos» (Jb 14,7).
Y siempre se puede “retoñar echar renuevos” siempre se puede empezar de nuevo cuando hay una comunidad, calor de hogar donde echar raíces, que brinda la confianza necesaria y prepara el corazón para descubrir un nuevo horizonte: horizonte de hijo amado, buscado, encontrado y entregado a una misión. Por medio de rostros concretos es como el Señor se hace presente. Decir “sí” como María a esta historia de amor es decir “sí” a ser instrumentos para construir, en nuestros barrios, comunidades eclesiales capaces de callejear la ciudad, abrazar y tejer nuevas relaciones. Ser un “influencer” en el siglo XXI es ser custodios de las raíces, custodios de todo aquello que impide que nuestra vida se vuelva gaseosa, que nuestra vida se evapore en la nada. Ustedes los mayores sean custodios de todo aquello que nos permita sentirnos parte los unos de los otros. Custodios de todo aquello que nos haga sentir que nos pertenecemos.
Así lo vivió Nirmeen en la JMJ de Cracovia. Se encontró con una comunidad viva, y alegre, que le salió a su encuentro, le dio pertenencia, por lo tanto identidad, y le permitió vivir la alegría que significa ser encontrada por Jesús. Nirmeen le esquivaba a Jesús. Le esquivaba. Tenía sus distancias, hasta que alguien le hizo ver raíces, le dio pertenencia, y esa comunidad la animó a comenzar ese camino que ella nos contó.
Un santo latinoamericano una vez se preguntó: «El progreso de la sociedad, ¿será sólo para llegar a poseer el último auto o adquirir la última técnica del mercado? ¿En eso se resume toda la grandeza del hombre? ¿No hay nada más que vivir para esto?»(cf. S. Alberto Hurtado, Meditación de Semana Santa para jóvenes, 1946). Yo les pregunto a los jóvenes : ¿Ustedes quieren esta grandeza? O no… [¡No!] Están dudosos. No se oye bien acá…no se oye, ¿Qué pasa?... [“¡No!”] La grandeza non es solamente llegar a poseer el último auto, a adquirir la última técnica del mercado. Ustedes fueron creados para algo más. María lo comprendió y dijo: ¡Hágase! Erika y Rogelio lo comprendieron y dijeron: ¡Hágase! Alfredo lo comprendió y dijo: ¡Hágase! Nirmeen lo comprendió y dijo: ¡Hágase! Los hemos escuchado aquí. Amigos, les pregunto: ¿Están dispuestos a decir que “sí”? [“¡Sí!”] ¡Ahora aprendieron a contestar, ya me gusta más! El evangelio nos enseña que el mundo no será mejor porque haya menos personas enfermas, menos personas débiles, menos personas frágiles o ancianas de quien ocuparse, e incluso no porque haya menos pecadores, no, no será mejor por eso. El mundo será mejor cuando sean más las personas que, como estos amigos que nos han hablado, estén dispuestos y se animen a gestar el mañana y creer en la fuerza transformadora del amor de Dios. A ustedes jóvenes le pregunto: ¿Quieren ser “influencer” al estilo de María? [¡Si!”] Ella se animó a decir «hágase». Solo el amor nos vuelve más humanos, no las peleas, no el bullying, no el estudio solo: solo el amor nos vuelve más humanos, más plenos, todo el resto son buenos pero vacíos placebos.
Dentro de un momento nos encontraremos con Jesús, Jesús vivo en la Eucaristía. Seguro que van a tener muchas cosas que decirle, muchas cosas que contarle sobre distintas situaciones de sus vidas, de sus familias y de sus países.
Estando frente a Jesús, cara a cara, anímense, no tengan miedo de abrirle el corazón, para que Él renueve el fuego de su amor, que los impulse a abrazar la vida con toda su fragilidad, con toda su pequeñez, pero también con toda su grandeza y su hermosura. Que Jesús los ayude a descubrir la belleza de estar vivos y despiertos. Vivos y despiertos.
No tengan miedo de decirle a Jesús que ustedes también quieren tomar parte en su historia de amor en el mundo, ¡que están para más!
Amigos: Les pido también que en ese cara a cara con Jesús sean buenos, y le pidan por mí para que yo tampoco tenga miedo de abrazar la vida, para que sea capaz de cuidar las raíces y diga como María: ¡Hágase según tu palabra!

domingo, 20 de enero de 2019

EL BUEN CONSEJO DE MARÍA

Durante el rezo del Ángelus este domingo 20 de enero en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco repasó el pasaje del Evangelio de San Juan en las bodas de Caná y recordó que hoy la Virgen María le sigue diciendo a la Iglesia: “Hagan lo que él les diga”.
“El domingo pasado, con la Fiesta del Bautismo del Señor, comenzamos el viaje del tiempo litúrgico llamado ‘ordinario’: el tiempo para seguir a Jesús en su vida pública y en la misión por la cual el Padre lo envió a este mundo”, recordó el Papa al inicio del Ángelus.
Asimismo, indicó que, en este pasaje evangélico situado en el pueblo de Caná, en Galilea, durante una fiesta de bodas, ocurre el primero de los milagros de Jesús
“Jesús se manifiesta como el cónyuge del pueblo de Dios, anunciado por los profetas, y nos revela la profundidad de la relación que nos une a él: es un nuevo pacto de amor”.
“En el contexto de la Alianza, el significado del símbolo del vino, que está en el centro de este milagro, se entiende completamente. Justo cuando la fiesta está en su apogeo, el vino se ha terminado; Nuestra Señora lo nota y le dice a Jesús: ‘No tienen vino’”, continúa el Papa.
Resultado de imagen para las bodas de canaLuego, el Papa advierte que Jesús “al convertir en vino el agua de la tinaja utilizada “para la purificación ritual de los judíos, Jesús hace un signo elocuente: transforma la Ley de Moisés en el Evangelio, portador de alegría”.
“Y luego, veamos a María: las palabras que María dirige a los sirvientes vienen a coronar el marco conyugal de Caná: ‘Lo que él te diga, hazlo’. Incluso hoy, Nuestra Señora nos dice a todos: ‘Hagan lo que él les diga’. Estas palabras son una herencia valiosa que nuestra Madre nos ha dejado”, explicó.

Finalmente, el Santo Padre profundizó en esta reflexión y animó a que cuando “el vino personal se nos termine”, busquemos a María.
“Jesús siempre nos sorprende. Hablamos con la Madre porque Ella habla con el Hijo, y Él nos sorprenderá. Que ella, la Santísima Virgen, nos ayude a seguir su invitación: ‘Hagan lo que él les diga’, para que podamos abrirnos completamente a Jesús, reconociendo en la vida cotidiana los signos de su presencia vivificadora”, concluyó.

Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-hoy-maria-nos-sigue-diciendo-hagan-lo-que-jesus-les-diga-77855

domingo, 13 de enero de 2019

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

“Cuando se lava el Salvador, se purifica toda el agua necesaria para nuestro bautismo y queda limpia la fuente, para que pueda luego administrarse a los pueblos que habían de venir a la gracia de aquel baño”, dijo San Máximo de Turín en el Siglo V al referirse al Bautismo del Señor que la Iglesia celebra hoy.
Resultado de imagen para bautismo del señorCon el Bautismo del Señor se concluye la temporada de Navidad y la Iglesia nos invita a mirar la humildad de Jesús que se convierte en una epifanía (manifestación) de la Santísima Trinidad.
“Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua”, manifestó San Gregorio Nacianceno en uno de sus sermones.
“También el Espíritu da testimonio de la divinidad, acudiendo en favor de quien es su semejante; y la voz desciende del cielo, pues del cielo procede precisamente Aquel de quien se daba testimonio”, añadió el Santo.
Evangelio: Lucas 3,15-16.21-22
En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a a todos: - 'Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma, y vino un voz del cielo: - ´'Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco'”.
Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-la-iglesia-universal-celebra-el-bautismo-del-senor-23533

lunes, 7 de enero de 2019

ABRAMOS NUESTRO CORAZÓN A DIOS COMO LOS MAGOS DE ORIENTE

En sus palabras previas al rezo del Ángelus, el Papa Francisco invitó a los fieles a seguir el ejemplo de los Reyes Magos que abrieron sus corazones a la novedad del Dios hecho hombre, y no como Herodes se cerró por temor a perder su poder, o los escribas de Jerusalén que no supieron mirar más allá de sus propias certezas.
Resultado de imagen para epifania del señorEl Santo Padre presidió el rezo de la oración de mariana desde el balcón del Palacio Apostólico, luego de haber celebrado en la Basílica de San Pedro la Misa por la Solemnidad de la Epifanía del Señor.
Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, Francisco explicó que esta solemnidad “es la fiesta de la manifestación de Jesús, simbolizada por la luz.
“En los textos proféticos esta luz es promesa. Se promete la luz. Isaías, de hecho, se dirige a Jerusalén con estas palabras: ‘Álzate, revístete de luz, porque viene tu luz, la gloria del Señor brilla sobre ti’. La invitación del profeta aparece sorprendente, porque se coloca tras el duro exilio y las numerosas vejaciones que el pueblo había experimentado”, explicó.
El Pontífice indicó que esta invitación “resuena también para nosotros que hemos celebrado el Nacimiento de Jesús y nos alienta a dejarnos alcanzar por la luz de Belén. También nosotros estamos invitados a no detenernos ante los signos exteriores del acontecimiento, sino a partir que a partir del mismo, recorrer en novedad de vida nuestro camino de hombres y de creyentes”.
Francisco aseguró que “Jesús, nacido en Belén, ciudad de David, vino a traer la salvación a los cercanos y alejados”.
En ese sentido, “el evangelista Mateo muestra diversos modos con los cuales se puede encontrar a Cristo y responder a su presencia. Herodes y los escribas de Jerusalén tienen un corazón duro, que se obstina y rechaza la visita de ese Niño. Es una posibilidad: cerrarse a la luz”.
Resultado de imagen para epifania del señor
El Papa señaló que “ellos representan a cuantos, también en nuestros días, tienen miedo de la venida de Jesús y cierran el corazón a los hermanos y hermanas que necesitan ayuda. Herodes tiene miedo de perder el poder y no piensa en el verdadero bien de la gente, sino en el propio beneficio. Los escribas y los jefes del pueblo tienen miedo porque no saben mirar más allá de las propias certezas, no llegan así a acoger la novedad que está en Jesús”.
En cambio, “bien diferente es la experiencia de los Magos. Venidos de Oriente, ellos representan a todos los pueblos alejados de la fe hebraica tradicional. Y sin embargo, se dejan guiar por la estrella y afrontan un viaje largo y riesgoso para llegar a la meta y conocer la verdad sobre el Mesías”.
“Los Magos eran abiertos a la ‘novedad’, y a ellos se revela la más grande y sorprendente novedad de la historia: Dios hecho hombre. Los Magos se postran delante de Jesús y le ofrecen dones simbólicos: oro, incienso y mirra; porque la búsqueda del Señor no solo implica la perseverancia en el camino, sino también la generosidad del corazón. Y finalmente, retornan ‘a sus países’. Y dice el evangelio que retornaron por otro camino”, señaló Francisco.
En ese sentido, el Papa aseguró que “cada vez que un hombre o una mujer encuentra a Jesús, cambia el camino, regresa a la vida de un modo diferente, regresa renovado, pero en otro camino”.
Los Reyes Magos, continuó el Pontífice, regresaron a sus países “llevando dentro de sí el misterio de aquel Rey humilde y pobre; y podemos imaginar que relataron a todos la experiencia vivida: la salvación ofrecida por Dios en Cristo es para todos los hombres, cercanos y alejados. No es posible ‘apoderarse’ de aquel Niño: Él es un regalo para todos”.
“También nosotros –invitó el Santo Padre–, dejémonos iluminar por la luz de Cristo que proviene de Belén. No permitamos que nuestros temores nos cierren el corazón, sino tengamos el coraje de abrirnos a esta luz suave y discreta”.
El Papa aseguró que “entonces, como los Magos, proveeremos ‘una alegría grandísima’ que no podremos tener para nosotros”. “Nos sostenga en nuestro camino la Virgen María, estrella que nos conduce a Jesús y Madre que hace ver a Cristo a los Magos y todos los que se acercan a ella”, concluyó.
Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-invita-a-abrir-el-corazon-a-jesus-como-los-reyes-magos-y-no-cerrarse-como-herodes-39129

martes, 1 de enero de 2019

SOLEMNIDAD SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

Resultado de imagen para maría madre de dios
Durante el rezo del Ángelus desde el Palacio Apostólico del Vaticano este martes 1 de enero de 2019, el Papa Francisco invocó la bendición de Dios sobre toda la humanidad.

El Pontífice recordó que “es la bendición de Dios la que da sustancia a todos en las felicitaciones que se intercambian en estos días” de fiestas navideñas y de año nuevo.
El Santo Padre destacó que la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, que se celebra en este primer día del año, pone de relieve que “mostrándonos a Jesús, el Salvador del mundo, ella, la Madre, nos bendice. Bendice el camino de cada hombre y de cada mujer en este año que comienza”.
Este año 2019 “será bueno precisamente en la medida en que cada uno acoja la bondad de Dios que Jesús vino a traer al mundo”.
El Pontífice explicó el significado de la bendición de la liturgia de este día, una bendición muy antigua con la que los sacerdotes israelitas bendecían al pueblo. Esa oración “recita así: ‘Te bendiga el Señor y te custodie. El Señor haga resplandecer para ti su rostro y te de gracia. El Señor dirija hacia a ti su rostro y te conceda paz’”.
Francisco destacó que en esa antigua fórmula de bendición "el sacerdote repite tres veces el nombre de Dios, ‘Señor’, extendiendo las manos hacia el pueblo reunido. En la Biblia, de hecho, el nombre representa la misma realidad que se invoca y, así, ‘imponer el nombre’ del Señor sobre una persona, una familia, una comunidad significa ofrecerles su fuerza beneficiosa que fluye de Él”.
Resultado de imagen para maría madre de dios
También destacó que “con esta fórmula, dos veces se nombra el ‘rostro’ del Señor. El sacerdote reza a Dios para que los ‘haga resplandecer’ y lo ‘dirija’ hacia su rostro y, así, le conceda la misericordia y la paz”.
“Sabemos que, según las Escrituras, el rostro de Dios es inaccesible al hombre: nadie puede ver a Dios y permanecer con vida. Esto expresa la trascendencia de Dios, la infinita grandeza de su gloria. Pero la gloria de Dios es toda Amor y, así, al permanecer inaccesible, como un sol que no se puede mirar, irradia su gracia sobre toda criatura y, en modo especial, sobre los hombres y mujeres, en los cuales se refleja”.
El Papa concluyó subrayando que Jesucristo, Salvador del Mundo, “es la bendición para cada persona y para toda la familia humana. Él es fuente de gracia, de misericordia y de paz”.
Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-invoca-la-bendicion-de-dios-sobre-toda-la-humanidad-66509