ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SALUD

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.
Tú conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

sábado, 16 de abril de 2016

DOMINGO DEL BUEN PASTOR

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús:
-- Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno.

Palabra del Señor

Este es el evangelio de este domingo 17 de abril, donde se nos invita a reflexionar sobre Jesús como buen Pastor. El evangelio nos invita a ser ovejas del rebaño de Cristo, y para eso debemos escuchar atentamente su voz, ser obedientes a sus mandatos y seguirlo con perseverancia. Pidamos a Dios que nos conceda la gracia de ser buenas ovejas, buenos discípulos suyos. No nos dejemos engañar por falsos pastores. Pidamos en oración para que el Señor provea de buenos pastores (sacerdotes, obispos) a su Iglesia (su rebaño) y podamos todos reunirnos como hermanos de una misma familia. 

A este respecto escribe San Agustín: “¡Lejos de nosotros afirmar que faltan ahora buenos pastores; lejos de nosotros el que falten, lejos de su misericordia el que no los haga nacer y otorgue! En efecto, si hay ovejas buenas, hay también pastores buenos, pues de las buenas ovejas salen buenos pastores. Pero todos los buenos pastores están en uno, son una sola cosa. Apacientan ellos: es Cristo quien apacienta. Los amigos del esposo no dicen que es su voz propia, sino que gozan de la voz del esposo”.

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