ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SALUD

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.
Tú conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

sábado, 27 de diciembre de 2014

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

Celebramos este domingo 28 de diciembre la Sagrada familia de Jesús, José y María, aquella familia de Nazareth que nos enseña valores importantes e indispensables para nuestra vida de hogar.

Todos tenemos derecho a vivir en un hogar (hogar significa hoguera, de allí que se hable de calor de hogar), un espacio donde podamos crecer en armonía, unidad de amor, respeto, ayuda mutua... Los padres tienen en primer lugar esa grave responsabilidad de educar ante todo con su testimonio de vida, allí radica su autoridad. Un testimonio de trabajo, de fe, de buenas costumbres, de vida cristiana. Los hijos aprenden lo que ven en su hogar, de allí la importancia de corregirlos, ponerles metas, límites, premios y castigos que los eduquen, sin llegar por ningún motivo a la violencia; cuando se castiga y se corrige se debe hacer con amor no con rabia; quien corrige a su hijo lo ama, quien no lo hace no le importa.

Los hijos, por su parte, están llamados a amar, obedecer y respetar a sus padres, a ayudarles mientras vivan y a nunca avergonzarse por ellos. Los buenos hijos son escuchados por Dios cuando oran; porque si amamos a nuestros padres, nuestro Padre del cielo también nos bendecirá.

Pidamos a la Sagrada familia de Nazareth que bendiga nuestros hogares y nos permita seguir creciendo en unidad y amor. Pidamos también por tantas familias destruidas por la división, el rencor, la envidia.... que sean capaces de reconciliarse y dejar entrar a Dios en sus corazones.

Bendiciones para todos.


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