ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SALUD

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.
Tú conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

viernes, 8 de mayo de 2020

Los Agustinos celebramos hoy en Colombia la Fiesta de Nuestra Señora de Gracia


 FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA

PATRONA DE LA PROVINCIA NUESTRA SEÑORA DE GRACIA DE COLOMBIA


 San Agustín - Comunidad

En la memoria de nuestra Señora de Gracia, la saludamos diciendo: Eres tú, Virgen María, Madre del perdón, de la gracia y la esperanza del mundo. María Madre de gracia es el título más antiguo en el culto mariano de la Orden Agustiniana. Cuando el ángel Gabriel le presentó a María los planes de salvación y de maternidad que Dios había dispuesto para ella, lo hizo con el saludo “Dios te salve María, llena eres de gracia”. Una antigua oración, muy querida por el pueblo cristiano -conocida como el Acordaos–, se atreve a afirmar que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a la intercesión de María haya sido abandonado por ella.

Oremos unos momentos a Nuestra Señora de Gracia

Señor, que nos has recreado en las fuentes de la vida, concédenos, por intercesión de la Virgen María, que ha merecido llevar el rescate del mundo, gozar siempre de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración de los fieles

Dios, Padre de los pobres y de los humildes, ha elegido a María para templo de su gloria. A Él dirigimos nuestra oración confiada.  

Que la llena de Gracia interceda por nosotros.

– Por los pastores de la Iglesia; para que, formados en la escuela de María, Reina de los Apóstoles, sean fieles mensajeros de la Palabra de Dios y dispensadores incansables de su misericordia: roguemos al Señor.

– Por todos los cristianos; para que, encontrando en María la fuente de la alegría, vivan con autenticidad su propia vocación, danto testimonio de fidelidad al mandato del amor: roguemos al Señor.

– Por las familias; para que mantengan y propaguen el sentido cristiano de la vida, eduquen a sus hijos en la fidelidad al Evangelio y favorezcan la llamada a la vida consagrada y sacerdotal: roguemos al Señor.

– Por los pobres y los que sufren; para que, experimentando el misterio de la cruz, sientan también la presencia cercana y maternal de María: roguemos al Señor.

– Por nosotros, aquí reunidos; para que, guardando la Palabra que hemos escuchado, seamos servidores y testigos del reino entre la humanidad: roguemos al Señor. Acoge, Padre, nuestras súplicas y derrama sobre nosotros la luz de tu Espíritu, para que, a ejemplo de la Virgen María, sepamos glorificar tu nombre con la santidad de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Se rezan tres avemarías y un gloria.

Oración

Oh Dios, que en el plan arcano de tu providencia quisiste entregar por la Bienaventurada Virgen María al autor de la gracia; concede a cuantos invocamos a María Madre de Gracia, que ella nos lleve al puerto de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

APUNTE HISTÓRICO

El título de Nuestra Señora de Gracia tiene sus orígenes en el saludo que el ángel Gabriel hace a María en Nazaret. “Alégrate, favorecida –agraciada–,el Señor está contigo”(Lc 1,28). El emisario de Dios presenta a María, una joven nazarena, los planes de maternidad y de salvación que Dios tiene sobre ella. Para los cristianos esta advocación subraya la preferencia de Dios sobre María. Madre del mediador Jesús, es también madre del autor de la gracia y dispensadora de gracia.

Sobre el porqué la Orden de San Agustín venera a la Virgen de Gracia, sabemos que es el título más antiguo en el culto mariano de la Orden. Fue norma común que las órdenes mendicantes, a raíz de su institucionalización apostólica, recuperaran devociones ya establecidas en el corazón de los cristianos y las actualizasen. Probablemente sea ésta una explicación verosímil de lo que aconteció con la Orden Agustiniana y la advocación de Nuestra Señora de Gracia. Prueba de ello es que ya en el Capítulo General de Orvieto (1284) se reza la oración Bendita tú, en honor de la Virgen de Gracia.  

Otra noticia históricamente documentada es del año 1401 y se refiere a una cofradía con este título, establecida en los conventos agustinianos de San Agustín y Nuestra Señora de Gracia en Valencia (España) y Lisboa (Portugal), respectivamente. A partir del siglo XVI la devoción adquirió gran difusión en toda la Orden; contribuyó a ello que se comenzaran a edificar conventos bajo este título mariano en Italia y América Latina. En 1806, el Papa Pío VII, a instancias del venerable José Bartolomé Menochio (1741-1823) –Sacrista pontificio y confesor del Papa– y del Vicario General, concedió a la Orden de San Agustín facultad para incluir en su liturgia la festividad en honor de la Virgen Nuestra Señora de Gracia.


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