Oración de san Juan Pablo II
Santuario de Chiquinquirá, Colombia, 1986
Oh Virgen, bella
flor de nuestra tierra,
eres tú nuestra
gloria y fortaleza,
madre nuestra y de
Dios.
En burda tela
avivas tu figura
con resplandor de
lumbre celestial,
dando a tus hijos
la graciosa prenda
de la vida inmortal.
Orna tus sienes
singular corona
de gemas que
ofreciera la nación,
símbolo fiel del
entrañable afecto
y del filial amor.
A Ti te cantan
armoniosas voces
y te aclaman por
Reina nacional
y el pueblo entero
jubiloso ofrenda
el don de su
piedad.
Furiosas olas a la
pobre nave
contra escollos
pretenden azotar;
tu cetro extiende y
bondadosa calma
las olas de la mar.
Brote la tierra
perfumadas flores
que rindan culto a
tu sagrado altar;
prodiga siempre a
la querida patria
los dones de la
paz.
A Ti, Jesús, el Rey
de las naciones,
a quien proclama el
corazón por Rey,
y al Padre y al
Espíritu
se rinda gloria,
honor y poder.
Amén.
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