En el último Ángelus del mes de julio antes de que dé inicio la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, el Papa Francisco explicó la importancia de llamar Padre a Dios y rezar cada día confiando en Él.
Francisco afirmó que “la oración de Jesús es la oración cristiana, es antes que nada, un hacer sitio a Dios, dejándole manifestar su santidad en nosotros y haciendo avanzar su reino a partir de la posibilidad de ejercitar su señoría de amor en nuestra vida”.
El Papa recordó que en el Padre Nuestro también se pide por el pan, el perdón y la ayuda en las tentaciones. “El pan que Jesús nos hace pedir es el necesario, no el superfluo; es el pan de los peregrinos, un pan que no se acumula y no se estropea, que no retarda nuestra marcha”.
“El perdón es, antes de todo, aquél que nosotros mismos recibimos de Dios: solo la conciencia de ser pecadores perdonados de la infinita misericordia divina puede hacernos capaces de cumplir concretos gestos de reconciliación fraterna”.
Por último, “no caer en la tentación” expresa “la conciencia de nuestra condición, siempre expuesta a las insidias del mal y de la corrupción”.
El Papa explicó que “la oración es el primer y principal ‘instrumento de trabajo’ que tenemos en nuestras manos”. “Insistir a Dios no sirve para convencerlo, pero robustece nuestra fe y nuestra paciencia, es decir, nuestra capacidad de luchar junto a Dios por las cosas de verdad importantes y necesarias”.
Francisco destacó también la importancia del Espíritu Santo y afirmó que sirve “para vivir bien, vivir con sabiduría y amor, haciendo la voluntad de Dios”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para poder responder a sus inquietudes, por favor déjanos la dirección electrónica (e-mail).