Estamos ya en el mes mariano por excelencia y qué bueno que nos acordemos de visitar y orar a nuestra Madre del cielo. Por eso durante este mes, todos los días estaremos rezando el santo rosario en el Santuario a partir de las 5:30 p.m. Nuestra Señora de la Salud nos bendiga y acompañe siempre en nuestro camino hacia la casa del Padre.
“¿Cómo podré, ¡Oh Virgen!,
formarme una idea cabal de ti? Si me represento la tierra, eres más fecunda; si
el cielo, más espaciosa; si la luna, más clara; si el ángel, aún más pura; y,
sin embargo, eres tierra, pero no aquella que por maldición produce cardos,
sino aquella de la cual se dijo: La verdad brotó de la tierra. ¡Oh tierra
feliz, fecundada por la verdad!. Cielo es también, del cual está escrito: El
cielo es mi trono, y la justicia ha mirado desde lo alto del cielo. Muy bien se
llama cielo a la Virgen, pues el plan de la divina sabiduría es ir
perfeccionando poco a poco, y no de golpe, todo lo que ha creado: así, el ángel
no fue creado glorioso, sino apto para la gloria; el firmamento fue creado sin
estrellas, el agua sin peces. En resumen, en la obra de seis días se distingue
un doble tiempo: el de la creación y el de la decoración” (Santo Tomás de Villanueva (agustino).
Sermón 4, 4: Natividad de la Virgen María).
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