ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SALUD

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.
Tú conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

domingo, 31 de marzo de 2019

LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO

El Papa Francisco dedicó una catequesis de la Audiencia General a la parábola del "Padre Misericordioso", que se enmarca en la del Hijo Pródigo, y explicó cómo Dios espera con los abrazos abiertos a cada persona y le perdona todo el mal que haya podido realizar.
En el Evangelio que comentó Francisco, el hijo pródigo vuelve a casa de su padre, el cual, dada su alegría, festeja su regreso. Sin embargo, su hijo mayor no entiende la actitud de su padre y lo increpa.
Resultado de imagen para el regreso del hijo prodigo“Jesús no describe a un padre ofendido y resentido, un padre que, por ejemplo, dice al hijo: ‘me las pagaras, ¡eh!’; no, el padre lo abraza, lo espera con amor. Al contrario, la única cosa que el padre tiene en su corazón es que este hijo este ante él sano y salvo y esto lo hace feliz y hace fiesta”.
El Papa aseguró que “la misericordia del padre es rebosante, incondicionada, y se manifiesta mucho antes que el hijo hable”, quien sabe que se ha equivocado.
“El abrazo y el beso de su papá le hacen entender que ha sido siempre considerado hijo, no obstante todo. ¡Pero es hijo! Es importante esta enseñanza de Jesús: nuestra condición de hijos de Dios es fruto del amor del corazón del Padre; no depende de nuestros méritos o de nuestras acciones, y por ello nadie puede quitárnosla, nadie puede quitárnosla, ¡ni siquiera el diablo! Nadie puede quitarnos esta dignidad”, afirmó.
Llevando al día a día la palabra, el Santo Padre dijo que “nos anima a no desesperarnos jamás”. “Pienso en las mamas y en los padres preocupados cuando ven a sus hijos alejarse tomando caminos peligrosos. Pienso en los párrocos y catequistas que a veces se preguntan si su trabajo ha sido en vano. Pero pienso también a quien se encuentra en la cárcel, y le parece que su vida se ha terminado; a cuantos han realizado elecciones equivocadas y no logran mirar al futuro; a todos aquellos que tienen hambre de misericordia y de perdón y creen de no merecerlo…”.
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“En cualquier situación de la vida, no debo olvidar que no dejaré jamás de ser hijo de Dios, ser hijo de un Padre que me ama y espera mi regreso. Incluso en las situaciones más feas de la vida, Dios me espera, Dios quiere abrazarme, Dios me espera”, añadió.
Pero también está el hijo mayor: “también él tiene necesidad de descubrir la misericordia del padre. Él siempre ha estado en casa, ¡pero es tan diferente del padre! Sus palabras no tienen ternura”, explicó el Papa.
“No dice jamás ‘padre’, no dice jamás ‘hermano’, piensa solamente en sí mismo, se jacta de haber permanecido siempre junto al padre y de haberlo servido; a pesar de ello, jamás ha vivido con alegría esta cercanía", señaló. 
“Los justos, estos que se creen justos, tienen también necesidad de misericordia. Este hijo representa a nosotros cuando nos preguntamos si vale la pena trabajar tanto si luego no recibimos nada a cambio”.
Francisco explicó a los fieles que “Jesús nos recuerda que en la casa del Padre no se permanece para recibir una recompensa, sino porque se tiene la dignidad de hijos co-responsables”.
“No se trata de ‘baratear’ con Dios, sino de estar en el seguimiento de Jesús que se ha donado a sí mismo en la cruz –y esto– sin medidas”.
El Pontífice recordó la situación entre los dos hermanos: “no hablan entre ellos, viven historias diferentes, pero ambos razonan según una lógica extraña a Jesús: si haces el bien recibes un premio, si haces el mal serás castigado; y esta no es la lógica de Jesús, no lo es”.
“La alegría más grande para el padre es ver que sus hijos se reconozcan hermanos”, sin embargo, el Papa explicó que la parábola deja el final en suspendo, no se sabe qué sucede.
“Los hijos pueden decidir si unirse a la alegría del padre o rechazarla. Deben interrogarse sobre sus propios deseos y sobre la visión que tienen de la vida. La parábola termina dejando el final en suspenso: no sabemos qué cosa ha decidido hacer el hijo mayor. Y esto es un estímulo para nosotros. Este Evangelio nos enseña que todos tenemos necesidad de entrar a la casa del Padre y participar de su alegría, en la fiesta de la misericordia y de la fraternidad. Hermanos y hermanas, ¡abramos nuestro corazón, para ser ‘misericordiosos como el Padre!”, terminó.

lunes, 25 de marzo de 2019

PROGRAMA SEMANA SANTA 2019


DOMINGO DE RAMOS ABRIL 14


Resultado de imagen para domingo de ramos imagenesDe 7:00 am a 1:00 pm Eucaristía cada  hora.

7:30 am    Procesión de la entrada
                  triunfal de Jesús a Jerusalén
Bendición y procesión de los          Ramos. (Alrededor del Parque Principal)

8:00 am Solemne Eucaristía de Ramos

3:30 pm  Última Eucaristía del día                                                                                          
LUNES SANTO ABRIL 15

9:00 am Pascua Infantil (salón parroquia)
10:00 am. Misa Crismal Catedral de Facatativá
   7:00 am,  11:00 am,    6:30 pm      Eucaristías del día

MARTES SANTO ABRIL 16
   7:00 am,  11:00 aM,   6:30 pm  Eucaristías del día

   4:00 pm  Confesiones


MIERCOLES SANTO ABRIL 17
   7:00 am
 11:00 am        Eucaristías del día
   6:30 pm

   4:00 pm   Confesiones

JUEVES SANTO ABRIL 18

“Si sufrimos con Cristo reinaremos Con Cristo” (2 Tim)

9:00 am Eucaristía por y con los  Enfermos y los Adultos Mayores

 “A Jesucristo es imposible conocerlo y no amarlo y no tratar de imitarlo”


Resultado de imagen para JUEVES SANTO5:00 pm  MISA VESPERTINA CENA DE SEÑOR


                Mandamiento del Amor
                Lavatorio de los pies,
                Institución del sacerdocio
                Procesión al monumento con el Santísimo Sacramento

            Vivamos la Institución de la Eucaristía   Llenémonos del mandamiento del Amor
Celebremos el día Sacerdotal

   
JUEVES EN LA NOCHE

ADOREMOS A JESÚS
HORAS SANTAS
  7:00 pm   Catequistas, Acólitos, Pastoral Juvenil
  8:00 pm   Coro, Legión de María, EPAP.
  9:00 pm Noviciado Agustiniano, Pastoral Salud
10.00 pm   Grupo de Renovación, GEV, Lazos Marianos.

Invitamos a todos los jóvenes que se están preparando en la Iniciación Cristiana, y a sus familias  a participar activamente a que adoren a Jesús mediante la visita el Santísimo.


Resultado de imagen para viernes santoVIERNES SANTO ABRIL 19

6:30 am  Visita al Santísimo en el Monumento

8:00 am   PROCESION DEL SANTO VIACRUCIS 
-INICIA EN EL TEMPLO POR LA VÍA A CHIVO NEGRO

3:00 pm  CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

5:00 pm  Sermón de las siete palabras y Esclavación.
                  Procesión con el Santo Sepulcro hasta el cementerio

Pedimos   silencio, colaboración y respeto
“Jesús entrego su vida por salvarnos”
“Jesús entregó su vida en medio del los mas atroces padecimientos”


SABADO SANTO ABRIL 20
“al tercer día Jesús resucita para nunca mas morir”
9:00 am  Recibimiento de los peregrinos de las parroquias de Funza, Madrid, Mosquera, Facatativá y Zipacón.
 Se invita a la meditación y al silencio durante el día para acompañar a María Madre del Señor


5:00 pm    Procesión de la Dolorosa
                   Llevar faroles (marcha del silencio)
                     Sermón de la Soledad de María
                     (Salimos del Templo)

9:00 pm  SOLEMNE VIGILIA PASCUAL
(Templo Parroquial)
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Liturgia de la luz, Liturgia de la Palabra, Liturgia Bautismal, Liturgia Eucarística,  Rito de la Comunión
 Los pascualitos los pueden adquirir en  el despacho parroquial.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN ABRIL 21
ALELUYA CRISTO VENCIÓ LA MUERTE ALELUYA”


De 7:00 am a 1:00 pm Eucaristía cada  hora.

8:00 am  Procesión del  Resucitado desde el Cementerio hasta el templo.
 9:00 am Solemne Eucaristía de  Resurrección          

3:30 pm  Última Eucaristía del día

San Agustín dijo en un sermón “Cualquiera que no dé el diezmo se apropia de una propiedad que no le pertenece”


FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN LES DESEAN LOS PADRES AGUSTINOS

LA ANUNCIACIÓN. EL SÍ DE MARÍA.

Cada año la Iglesia celebra la Solemnidad de la Anunciación. Un día como hoy la historia de la humanidad cambió cuando María dio su “Sí” valiente a Dios, concibiendo desde aquel momento a Jesús y convirtiéndose en protectora del Niño que un día nacería y salvaría con amor al mundo.
“‘El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible’. María contestó: ‘Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra’. Y la dejó el ángel” (Lc. 1, 35 - 38).
La Solemnidad de la Anunciación se celebra nueve meses antes de la Navidad. Si se analiza la historia, María “no la tuvo fácil”. Ella estaba comprometida con José y ciertamente esta decisión de concebir al Hijo de Dios trajo inestabilidad.
Resultado de imagen para anunciacion del señorTanto así que el justo José decidió repudiarla en secreto para que los dos no tuvieran muchos problemas. María, además, era joven y pobre, pero confiaba en la Providencia de Dios.
Por lo tanto el Señor interviene y el ángel en sueños le habla a José, quien acepta el plan de Dios, obteniendo así el privilegio de ser padre de Jesús en la tierra y de formar la Sagrada Familia con María.
En el Evangelio de hoy (Lc. 1, 26-38) se aprecia el diálogo del mensajero de Dios con la Virgen. No fue una imposición sino una propuesta a la que María pudo haber dicho no. Pero la “bendita entre las mujeres” aceptó y se produjo el milagro de Encarnación del Hijo de Dios.
Desde aquel momento María tuvo en su vientre a Jesús, no a los tres meses o cuando el embrión tenía forma humana, sino desde el momento de la concepción. He aquí una razón más por la que la Iglesia defiende al bebé desde el primer instante de su vida.
Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-celebramos-la-anunciacion-el-si-de-una-mujer-que-cambio-la-historia-51783

domingo, 24 de marzo de 2019

NO ABUSEMOS DE LA MISERICORDIA DE DIOS

El Papa Francisco, durante el rezo del Ángelus este domingo 24 de marzo en la Plaza de San Pedro del Vaticano, destacó la paciencia de Dios que nos ofrece la posibilidad de convertirnos, sin embargo, advirtió que esa posibilidad de conversión no es ilimitada: “Podemos tener gran confianza en la misericordia de Dios, pero sin abusar”.
El Santo Padre realizó esta conversión a raíz del Evangelio de este tercer domingo de Cuaresma que “nos habla de la misericordia de Dios y de nuestra conversión. Jesús narra la parábola de la higuera estéril. Un hombre había plantado una higuera en la viña y, con gran confianza, cada verano acudía a ella para buscar sus frutos, pero nunca los encontraba porque el árbol era estéril”.
“Empujado por aquella decepción repetida durante tres años, pensó que lo mejor sería cortar la higuera y plantar otra. Llamó entonces al viticultor que administraba la viña y le expresó su insatisfacción, por lo que le pidió que cortara el árbol que ocupaba terreno de forma inútil”.
Imagen relacionadaSin embargo, “el viticultor pidió al padrón que tuviera paciencia y que le concediera una prórroga de un año, durante el cual él mismo se ocuparía de cuidar de forma más atenta y delicada la higuera para así estimular su productividad”.
En esta parábola, “el padrón representa a Dios Padre, y el viticultor está pensado a imagen de Jesús, mientras que la higuera es el símbolo de la humanidad indiferente y árida. Jesús intercede ante el Padre para favorecer a la humanidad, y le pide que le haga caso y le conceda todavía más tiempo para que puedan germinar los frutos del amor y de la justicia”.
“La higuera que el padrón de la parábola quiere extirpar representa una existencia estéril, incapaz de entregarse, de hacer el bien. Es el símbolo del aquel que viva para sí mismo, saciado y tranquilo, adaptado a su propia comodidad, incapaz de dirigir la mirada y el corazón a aquellos que están a su alrededor y se encuentran en condiciones de sufrimiento, de pobreza, de abandono”.
Francisco explicó que “ante esta actitud de egoísmo y de esterilidad espiritual, se contrapone el gran amor del viticultor ante la higuera: tiene paciencia, sabe esperar, le dedica su tiempo y su trabajo. Promete al padrón que se preocupara de forma especial de aquel árbol infeliz”.
“Este símil manifiesta la misericordia de Dios, que nos deja un tiempo para la conversión. Todos nosotros tenemos necesidad de convertirnos, de dar un paso adelante, y la paciencia de Dios, su misericordia, nos acompaña en ello. A pesar de la esterilidad, que en ocasiones marca nuestra existencia, Dios tiene paciencia y nos ofrece la posibilidad de cambiar y de hacer progresos en el camino del bien”.
No obstante, “la prórroga implorada es concedida a la espera de que el árbol finalmente fructifique, también señala la urgencia de la conversión. El viticultor dice al padrón: ‘Déjalo todavía este año’. La posibilidad de la conversión no es ilimitada, por ello, es necesario acogerla rápido pues, de otro modo, se perdería para siempre. Podemos tener gran confianza en la misericordia de Dios, pero sin abusar. No debemos justifica la pereza espiritual, sino hacer crecer nuestro compromiso a corresponder rápidamente a esta misericordia con sinceridad de corazón”.
El Pontífice subrayó que “en tiempo de Cuaresma el Señor nos invita a la conversión. Cada uno de nosotros debe sentirse interpelado a esta llamada, corrigiendo aquello que se deba corregir en nuestra vida, en nuestro modo de pensar, de actuar y de vivir las relaciones con el prójimo”.
Al mismo tiempo, “debemos imitar la paciencia de Dios que tiene confianza en la capacidad de todos nosotros de poder levantarnos y retomar el camino”, concluyó el Papa.
Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-podemos-confiar-en-la-misericordia-de-dios-pero-sin-abusar-38651

domingo, 17 de marzo de 2019

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO - 2 DOMINGO DE CUARESMA

“El sufrimiento no es un sadomasoquismo, es un pasaje necesario, pero transitorio”. Con esas palabras explicó el Papa Francisco, durante el rezo del Ángelus este domingo 17 de marzo, en qué consiste la perspectiva cristiana del sufrimiento.
El Santo Padre dedicó sus palabras a reflexionar sobre el episodio evangélico de la Transfiguración. Francisco explicó que “Jesús concedió a los discípulos Pedro, Santiago y Juan experimentar la gloria de la Resurrección: un trozo de cielo en la tierra”.
Señaló que “la Transfiguración se produce en un momento muy concreto de la misión de Cristo, esto es, después de que Él hubiera confiado a los discípulos que debería sufrir mucho, ser asesinado y resucitar al tercer día”.
“Jesús sabe que ellos no aceptan esa realidad y, por ello, quiere prepararlos para soportar el escándalo de la Pasión y de la muerte en la Cruz, porque sabe que ese es el camino por medio del cual el Padre celeste llevará a la Gloria a su Hijo elegido: resucitándolo de entre los muertos”.
Resultado de imagen para transfiguracion del señorEse camino “también será el camino de los discípulos: ninguno llega a la vida eterna si no es siguiendo a Jesús, llevando su propia Cruz en la vida terrena”.
Por lo tanto, explicó, “la Transfiguración de Cristo nos muestra la perspectiva cristiana del sufrimiento: no es un sadomasoquismo, el sufrimiento, es un pasaje necesario, pero transitorio. El punto de llegada al que estamos llamados es luminoso como el rostro de Cristo transfigurado: en Él está la salvación, la santidad, la luz, el amor de Dios sin límites”.
“Mostrando su gloria”, continuó el Papa Francisco, “Jesús nos asegura que la Cruz, las pruebas, las dificultades en las cuales nos encontramos, tienen su solución y su superación en la Pascua”.
Por ello, “en esta Cuaresma debemos subir también nosotros al monte con Jesús. ¿De qué modo? Con la oración. Permanezcamos algunos momentos en recogimiento, fijando la mirada interior en su rostro y dejemos que su luz nos alcance y que irradie en nuestra vida”.
“En cuántas ocasiones nos hemos encontrado con personas que iluminan, que sale luz de sus ojos, que tienen ese rostro luminoso, y rezan, y la oración hace eso: te da ese rostro luminoso con la luz del Espíritu Santo”, destacó Francisco.
El Papa finalizó su reflexión previa al Ángelus animando a dar “espacio a la oración y a la Palabra de Dios que, abundantemente, la liturgia nos propone en estos días”.
Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-francisco-explica-en-que-consiste-la-vision-cristiana-del-sufrimiento-52971

domingo, 10 de marzo de 2019

LAS TENTACIONES NOS ENSEÑAN A VENCER EL DIABLO

El Papa Francisco advirtió a los cristianos, durante el rezo del Ángelus este domingo 10 de marzo en el Vaticano, de los peligros de dialogar con el diablo: “Con el diablo no se dialoga”.
Durante su enseñanza, el Santo Padre recurrió al Evangelio de este primer domingo de Cuaresma, en el que se “narra la experiencia de las tentaciones de Jesús en el desierto. Después de haber ayunado durante cuarenta días, Jesús es tentado en tres ocasiones por el diablo”.
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Sin embargo, “Jesús al responder al tentador, no entra en diálogo, sino que responde a los tres desafíos con la palabra de Dios. Esto nos enseña que con el diablo no se dialoga, no se puede dialogar, sólo responder con la palabra de Dios”.
En primer lugar, el diablo invita a Jesús “a transformar una piedra en pan; luego le muestra desde lo alto los reinos de la tierra y le promete convertirse en un mesías poderoso y glorioso; por último, lo conduce hacia el lugar más alto del templo de Jerusalén y lo invita a lanzarse al vacío para manifestar de forma espectacular su poder divino”.
El Papa explicó que “las tres tentaciones indican tres caminos que el mundo siempre propone prometiendo grandes triunfos: la codicia de posesiones, la gloria humana, la instrumentalización de Dios. Son tres caminos que nos perderán”.
La primera tentación, “el camino de la codicia de posesiones. Consiste en esa lógica insidiosa del diablo. Se aprovecha de la natural y legítima necesidad de nutrirse, de vivir, de realizarse, de ser feliz, para empujarnos luego a cree que todo es posible sin Dios, incluso, contra Él”.
“Pero Jesús se opone diciendo: ‘Está escrito: No solo de pan vivirá el hombre’. Recordando el largo camino del pueblo elegido a través del desierto, Jesús afirma que quiere abandonarse con plena conciencia a la providencia del Padre, que siempre se preocupa de sus hijos”.
La segunda tentación es “el camino de la gloria humana. El diablo dice: ‘Si te postras en adoración hacia mí, todo esto será tuyo’. Se puede perder toda dignidad personal si se deja corromper por el ídolo del dinero, del éxito y del poder”. “Por eso Jesús responde: ‘Sólo ante el Señor Dios te postrarás, sólo a Él adorarás”.
Por último, “la tercera tentación: instrumentalizar a Dios para obtener ventajas. Al diablo que, citando las Escrituras, lo invita a buscar de Dios un milagro impactante, Jesús le responde de nuevo con la firme decisión de permanecer humilde, permanecer confiado en Dios: ‘Está escrito: No someterás a prueba al Señor tu Dios’”.
Así, “rechaza la que tal vez sea la tentación más sutil: la de querer poner a Dios de nuestra parte pidiéndole gracias que en realidad sólo sirven, o servirían, para satisfacer nuestro orgullo”.
“Estos son los caminos que se nos han puesto delante con la ficción de poder obtener así el éxito y la felicidad. Pero, en realidad, son del todo ajenas al modo de actuar de Dios; de hecho, nos separan de Dios, porque son obra de Satanás”.
Finalmente, el Papa Francisco finalizó su enseñanza destacando que “Jesús, al hacer frente en primera persona a estas pruebas, vence por tres veces la tentación para adherirse plenamente al proyecto del Padre. Y nos indica el camino para vencer la tentación: la vida interior, la fe en Dios, la certeza de su amor, la certeza de que Dios nos ama, que es Padre”.
Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/con-el-diablo-no-se-dialoga-advierte-el-papa-francisco-23136

martes, 5 de marzo de 2019

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de 2019

«La creación, expectante, está aguardando 
la manifestación de los hijos de Dios» (Rm 8,19)

Queridos hermanos y hermanas:
Cada año, a través de la Madre Iglesia, Dios «concede a sus hijos anhelar, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que […] por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios» (Prefacio I de Cuaresma). De este modo podemos caminar, de Pascua en Pascua, hacia el cumplimiento de aquella salvación que ya hemos recibido gracias al misterio pascual de Cristo: «Pues hemos sido salvados en esperanza» (Rm 8,24). Este misterio de salvación, que ya obra en nosotros durante la vida terrena, es un proceso dinámico que incluye también a la historia y a toda la creación. San Pablo llega a decir: «La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios» (Rm 8,19). Desde esta perspectiva querría sugerir algunos puntos de reflexión, que acompañen nuestro camino de conversión en la próxima Cuaresma.
1. La redención de la creación
La celebración del Triduo Pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, culmen del año litúrgico, nos llama una y otra vez a vivir un itinerario de preparación, conscientes de que ser conformes a Cristo (cf. Rm 8,29) es un don inestimable de la misericordia de Dios.
Si el hombre vive como hijo de Dios, si vive como persona redimida, que se deja llevar por el Espíritu Santo (cf. Rm 8,14), y sabe reconocer y poner en práctica la ley de Dios, comenzando por la que está inscrita en su corazón y en la naturaleza, beneficia también a la creación, cooperando en su redención. Por esto, la creación —dice san Pablo— desea ardientemente que se manifiesten los hijos de Dios, es decir, que cuantos gozan de la gracia del misterio pascual de Jesús disfruten plenamente de sus frutos, destinados a alcanzar su maduración completa en la redención del mismo cuerpo humano. Cuando la caridad de Cristo transfigura la vida de los santos —espíritu, alma y cuerpo—, estos alaban a Dios y, con la oración, la contemplación y el arte hacen partícipes de ello también a las criaturas, como demuestra de forma admirable el “Cántico del hermano sol” de san Francisco de Asís (cf. Enc. Laudato si’, 87). Sin embargo, en este mundo la armonía generada por la redención está amenazada, hoy y siempre, por la fuerza negativa del pecado y de la muerte.
2. La fuerza destructiva del pecado
Efectivamente, cuando no vivimos como hijos de Dios, a menudo tenemos comportamientos destructivos hacia el prójimo y las demás criaturas —y también hacia nosotros mismos—, al considerar, más o menos conscientemente, que podemos usarlos como nos plazca. Entonces, domina la intemperancia y eso lleva a un estilo de vida que viola los límites que nuestra condición humana y la naturaleza nos piden respetar, y se siguen los deseos incontrolados que en el libro de la Sabiduría se atribuyen a los impíos, o sea a quienes no tienen a Dios como punto de referencia de sus acciones, ni una esperanza para el futuro (cf. 2,1-11). Si no anhelamos continuamente la Pascua, si no vivimos en el horizonte de la Resurrección, está claro que la lógica del todo y ya, del tener cada vez más acaba por imponerse.
Como sabemos, la causa de todo mal es el pecado, que desde su aparición entre los hombres interrumpió la comunión con Dios, con los demás y con la creación, a la cual estamos vinculados ante todo mediante nuestro cuerpo. El hecho de que se haya roto la comunión con Dios, también ha dañado la relación armoniosa de los seres humanos con el ambiente en el que están llamados a vivir, de manera que el jardín se ha transformado en un desierto (cf. Gn 3,17-18). Se trata del pecado que lleva al hombre a considerarse el dios de la creación, a sentirse su dueño absoluto y a no usarla para el fin deseado por el Creador, sino para su propio interés, en detrimento de las criaturas y de los demás.
Cuando se abandona la ley de Dios, la ley del amor, acaba triunfando la ley del más fuerte sobre el más débil. El pecado que anida en el corazón del hombre (cf. Mc 7,20-23) —y se manifiesta como avidez, afán por un bienestar desmedido, desinterés por el bien de los demás y a menudo también por el propio— lleva a la explotación de la creación, de las personas y del medio ambiente, según la codicia insaciable que considera todo deseo como un derecho y que antes o después acabará por destruir incluso a quien vive bajo su dominio.
3. La fuerza regeneradora del arrepentimiento y del perdón
Por esto, la creación tiene la irrefrenable necesidad de que se manifiesten los hijos de Dios, aquellos que se han convertido en una “nueva creación”: «Si alguno está en Cristo, es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo» (2 Co 5,17). En efecto, manifestándose, también la creación puede “celebrar la Pascua”: abrirse a los cielos nuevos y a la tierra nueva (cf. Ap 21,1). Y el camino hacia la Pascua nos llama precisamente a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual.
Esta “impaciencia”, esta expectación de la creación encontrará cumplimiento cuando se manifiesten los hijos de Dios, es decir cuando los cristianos y todos los hombres emprendan con decisión el “trabajo” que supone la conversión. Toda la creación está llamada a salir, junto con nosotros, «de la esclavitud de la corrupción para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios» (Rm8,21). La Cuaresma es signo sacramental de esta conversión, es una llamada a los cristianos a encarnar más intensa y concretamente el misterio pascual en su vida personal, familiar y social, en particular, mediante el ayuno, la oración y la limosna.
Ayunar, o sea aprender a cambiar nuestra actitud con los demás y con las criaturas: de la tentación de “devorarlo” todo, para saciar nuestra avidez, a la capacidad de sufrir por amor, que puede colmar el vacío de nuestro corazón. Orar para saber renunciar a la idolatría y a la autosuficiencia de nuestro yo, y declararnos necesitados del Señor y de su misericordia. Dar limosna para salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos, creyendo que así nos aseguramos un futuro que no nos pertenece. Y volver a encontrar así la alegría del proyecto que Dios ha puesto en la creación y en nuestro corazón, es decir amarle, amar a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad.
Queridos hermanos y hermanas, la “Cuaresma” del Hijo de Dios fue un entrar en el desierto de la creación para hacer que volviese a ser aquel jardín de la comunión con Dios que era antes del pecado original (cf. Mc 1,12-13; Is 51,3). Que nuestra Cuaresma suponga recorrer ese mismo camino, para llevar también la esperanza de Cristo a la creación, que «será liberada de la esclavitud de la corrupción para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios» (Rm 8,21). No dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable. Pidamos a Dios que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversión. Abandonemos el egoísmo, la mirada fija en nosotros mismos, y dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales. Así, acogiendo en lo concreto de nuestra vida la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza transformadora también sobre la creación.

Vaticano, 4 de octubre de 2018
Fiesta de san Francisco de Asís
Francisco

domingo, 3 de marzo de 2019

DAR FRUTOS BUENOS

Durante el rezo del Ángelus desde el Palacio Apostólico del Vaticano este domingo 3 de marzo el Papa Francisco explicó cómo podemos actuar “en modo creíble, con humildad, testimoniando la caridad”.
“Siempre es útil ayudar a otros con consejos sabios, pero mientras observamos y corregimos los defectos de nuestro prójimo, también debemos ser conscientes de que nosotros tenemos defectos. Si yo creo que no tengo, no puedo condenar o corregir a los otros, todos tenemos defectos, todos y debemos ser conscientes, y antes de condenar a los otros debemos mirarnos a nosotros mismos.
De esta manera, podemos actuar en modo creíble, con humildad, testimoniando la caridad”, explicó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre alertó sobre la tentación de “ser indulgente con uno mismo, manga ancha con nosotros mismos” pero al mismo tiempo ser también “duros y condenar a los otros”.
Refiriéndose al Evangelio de este domingo del libro de San Lucas, capítulo 6, el Papa dijo que presenta “breves parábolas, con las cuales Jesús quiere indicar a sus discípulos el camino por recorrer para vivir con sabiduría”.
En primer lugar, el Pontífice destacó la pregunta "¿Puede un ciego guiar a otro ciego?" para subrayar que “un guía no puede ser ciego, sino que debe ver bien, es decir, debe poseer la sabiduría para guiar con sabiduría; de lo contrario, se corre el riesgo de dañar a las personas que confían en ella”.
De este modo, “Jesús llama la atención de aquellos que tienen responsabilidades educativas o de mando: los pastores de almas, las autoridades públicas, los legisladores, los maestros, los padres, exhortándoles a que sean conscientes de su papel delicado y a discernir siempre el camino correcto por el cual conducir a las personas”, afirmó.
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Seguir el ejemplo de Jesús

Además, el Papa recordó la expresión sapiencial en la que Jesús se indica a sí mismo “como un modelo de maestro y guía a seguir: Un discípulo no es más que el maestro; pero todo el que esté bien preparado será como su maestro” y explicó que es “una invitación a seguir su ejemplo y su enseñanza para ser guías seguros y sabios”.
“Esta enseñanza está especialmente contenida en el discurso de la montaña, que desde hace tres domingos la liturgia nos ofrece en el Evangelio, indicando la actitud de mansedumbre y misericordia para ser personas sinceras, humildes y justas”, afirmó el Papa.
Por otro lado, el Santo Padre remarcó otra pregunta significativa que exhorta a no ser presuntuosos e hipócritas: “¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la viga que está en tu ojo?”.
En este sentido, el Pontífice reconoció que “muchas veces, lo sabemos todos, es más fácil o cómodo distinguir y condenar las faltas y los pecados de los demás, sin conseguir ver los propios con la misma lucidez. Nosotros siempre escondemos nuestros defectos, también los escondemos a nosotros mismos, en cambio es fácil ver los defectos de los otros”, alertó.
Por este motivo, el Papa Francisco recordó otra enseñanza de Jesús que dice que “no hay ningún árbol bueno que produzca frutos malos, ni hay ningún árbol malo que dé frutos buenos. De hecho, cada árbol es reconocido por su fruto” y explicó que “el fruto son las acciones, pero también las palabras. También por las palabras se conoce la calidad del árbol”.
“De hecho, quien es bueno saca lo bueno de su corazón y de su boca, y quien es malo, saca el mal, practicando el ejercicio más destructivo entre nosotros que es la murmuración, las habladurías, hablar mal de los otros. ¡Esto destruye! Destruye la familia, destruye la escuela, destruye el lugar de trabajo, destruye el barrio. De la lengua comienzan las guerras”, aseguró.
Al finalizar su reflexión previa al rezo del Ángelus, el Papa invitó a pensar en esta enseñanza de Jesús y preguntarse: “¿Yo hablo mal de los demás? ¿Yo busco siempre ensuciar a los otros? ¿Para mí es más fácil ver los defectos de los otros que los míos? Intentemos corregirnos al menos un poco. Nos hará bien a todos”. Y para ello, exhortó a invocar “el apoyo y la intercesión de María para seguir al Señor en este camino”.
Tras el rezo de la oración mariana, el Santo Padre saludó a los miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro, entre los que se encontraban muchos niños que se preparan para recibir el Sacramento de la Confirmación. “Agradezco a todos por su presencia y los aliento a que caminen con alegría, con generosidad, testimoniando en todas partes la bondad y la misericordia del Señor”, exclamó.
Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-explica-como-actuar-en-modo-creible-41812