ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SALUD

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.
Tú conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

martes, 25 de octubre de 2016

Instrucción Ad resurgendum cum Christo acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE
Instrucción Ad resurgendum cum Christo
acerca de la sepultura de los difuntos
y la conservación de las cenizas en caso de cremación

1. Para resucitar con Cristo, es necesario morir con Cristo, es necesario «dejar este cuerpo para ir a morar cerca del Señor»(2 Co 5, 8). Con la Instrucción Piam et constantem del 5 de julio de 1963, el entonces Santo Oficio, estableció que «la Iglesia aconseja vivamente la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos», pero agregó que la cremación no es «contraria a ninguna verdad natural o sobrenatural» y que no se les negaran los sacramentos y los funerales a los que habían solicitado ser cremados, siempre que esta opción no obedezca a la «negación de los dogmas cristianos o por odio contra la religión católica y la Iglesia»[1]. Este cambio de la disciplina eclesiástica ha sido incorporado en el Código de Derecho Canónico (1983) y en el Código de Cánones de las Iglesias Orientales (1990).
Mientras tanto, la práctica de la cremación se ha difundido notablemente en muchos países, pero al mismo tiempo también se han propagado nuevas ideas en desacuerdo con la fe de la Iglesia. Después de haber debidamente escuchado a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y muchas Conferencias Episcopales y Sínodos de los Obispos de las Iglesias Orientales, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha considerado conveniente la publicación de una nueva Instrucción, con el fin de reafirmar las razones doctrinales y pastorales para la preferencia de la sepultura de los cuerpos y de emanar normas relativas a la conservación de las cenizas en el caso de la cremación.
2. La resurrección de Jesús es la verdad culminante de la fe cristiana, predicada como una parte esencial del Misterio pascual desde los orígenes del cristianismo: «Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Pedro y después a los Doce» (1 Co 15,3-5).
Por su muerte y resurrección, Cristo nos libera del pecado y nos da acceso a una nueva vida: «a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos… también nosotros vivamos una nueva vida» (Rm 6,4). Además, el Cristo resucitado es principio y fuente de nuestra resurrección futura: «Cristo resucitó de entre los muertos, como primicia de los que durmieron… del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo» (1 Co 15, 20-22).
Si es verdad que Cristo nos resucitará en el último día, también lo es, en cierto modo, que nosotros ya hemos resucitado con Cristo. En el Bautismo, de hecho, hemos sido sumergidos en la muerte y resurrección de Cristo y asimilados sacramentalmente a él: «Sepultados con él en el bautismo, con él habéis resucitado por la fe en la acción de Dios, que le resucitó de entre los muertos»(Col2, 12). Unidos a Cristo por el Bautismo, los creyentes participan ya realmente en la vida celestial de Cristo resucitado (cf. Ef 2, 6).
Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo. La visión cristiana de la muerte se expresa de modo privilegiado en la liturgia de la Iglesia: «La vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma: y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo»[2]. Por la muerte, el alma se separa del cuerpo, pero en la resurrección Dios devolverá la vida incorruptible a nuestro cuerpo transformado, reuniéndolo con nuestra alma. También en nuestros días, la Iglesia está llamada a anunciar la fe en la resurrección: «La resurrección de los muertos es esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer en ella»[3].
3. Siguiendo la antiquísima tradición cristiana, la Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados[4].
En la memoria de la muerte, sepultura y resurrección del Señor, misterio a la luz del cual se manifiesta el sentido cristiano de la muerte[5], la inhumación es en primer lugar la forma más adecuada para expresar la fe y la esperanza en la resurrección corporal[6].
La Iglesia, como madre acompaña al cristiano durante su peregrinación terrena, ofrece al Padre, en Cristo, el hijo de su gracia, y entregará sus restos mortales a la tierra con la esperanza de que resucitará en la gloria[7].
Enterrando los cuerpos de los fieles difuntos, la Iglesia confirma su fe en la resurrección de la carne[8], y pone de relieve la alta dignidad del cuerpo humano como parte integrante de la persona con la cual el cuerpo comparte la historia[9]. No puede permitir, por lo tanto, actitudes y rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte, considerada como anulación definitiva de la persona, o como momento de fusión con la Madre naturaleza o con el universo, o como una etapa en el proceso de re-encarnación, o como la liberación definitiva de la “prisión” del cuerpo.
Además, la sepultura en los cementerios u otros lugares sagrados responde adecuadamente a la compasión y el respeto debido a los cuerpos de los fieles difuntos, que mediante el Bautismo se han convertido en templo del Espíritu Santo y de los cuales, «como herramientas y vasos, se ha servido piadosamente el Espíritu para llevar a cabo muchas obras buenas»[10].
Tobías el justo es elogiado por los méritos adquiridos ante Dios por haber sepultado a los muertos[11], y la Iglesia considera la sepultura de los muertos como una obra de misericordia corporal[12].
Por último, la sepultura de los cuerpos de los fieles difuntos en los cementerios u otros lugares sagrados favorece el recuerdo y la oración por los difuntos por parte de los familiares y de toda la comunidad cristiana, y la veneración de los mártires y santos.
Mediante la sepultura de los cuerpos en los cementerios, en las iglesias o en las áreas a ellos dedicadas, la tradición cristiana ha custodiado la comunión entre los vivos y los muertos, y se ha opuesto a la tendencia a ocultar o privatizar el evento de la muerte y el significado que tiene para los cristianos.
4. Cuando razones de tipo higiénicas, económicas o sociales lleven a optar por la cremación, ésta no debe ser contraria a la voluntad expresa o razonablemente presunta del fiel difunto, la Iglesia no ve razones doctrinales para evitar esta práctica, ya que la cremación del cadáver no toca el alma y no impide a la omnipotencia divina resucitar el cuerpo y por lo tanto no contiene la negación objetiva de la doctrina cristiana sobre la inmortalidad del alma y la resurrección del cuerpo[13].
La Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos; sin embargo, la cremación no está prohibida, «a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana»[14].
En ausencia de razones contrarias a la doctrina cristiana, la Iglesia, después de la celebración de las exequias, acompaña la cremación con especiales indicaciones litúrgicas y pastorales, teniendo un cuidado particular para evitar cualquier tipo de escándalo o indiferencia religiosa.
5. Si por razones legítimas se opta por la cremación del cadáver, las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente.
Desde el principio, los cristianos han deseado que sus difuntos fueran objeto de oraciones y recuerdo de parte de la comunidad cristiana. Sus tumbas se convirtieron en lugares de oración, recuerdo y reflexión. Los fieles difuntos son parte de la Iglesia, que cree en la comunión «de los que peregrinan en la tierra, de los que se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste, y que todos se unen en una sola Iglesia»[15].
La conservación de las cenizas en un lugar sagrado puede ayudar a reducir el riesgo de sustraer a los difuntos de la oración y el recuerdo de los familiares y de la comunidad cristiana. Así, además, se evita la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas.
6. Por las razones mencionadas anteriormente, no está permitida la conservación de las cenizas en el hogar. Sólo en casos de graves y excepcionales circunstancias, dependiendo de las condiciones culturales de carácter local, el Ordinario, de acuerdo con la Conferencia Episcopal o con el Sínodo de los Obispos de las Iglesias Orientales, puede conceder el permiso para conservar las cenizas en el hogar. Las cenizas, sin embargo, no pueden ser divididas entre los diferentes núcleos familiares y se les debe asegurar respeto y condiciones adecuadas de conservación.
7. Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos, teniendo en cuenta que para estas formas de proceder no se pueden invocar razones higiénicas, sociales o económicas que pueden motivar la opción de la cremación.
8. En el caso de que el difunto hubiera dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana, se le han de negar las exequias, de acuerdo con la norma del derecho[16].
El Sumo Pontífice Francisco, en audiencia concedida al infrascrito Cardenal Prefecto el 18 de marzo de 2016, ha aprobado la presente Instrucción, decidida en la Sesión Ordinaria de esta Congregación el 2 de marzo de 2016, y ha ordenado su publicación.
Roma, de la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 15 de agosto de 2016, Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María.
GerhardCard. MüllerPrefecto
+Luis F. Ladaria, S.I.Arzobispo titular de Thibica
Secretario


[1] Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio, Instrucción Piam et constantem (5 de julio de 1963): AAS 56 (1964), 822-823.
[2] Misal Romano, Prefacio de difuntos, I.
[3] Tertuliano, De resurrectione carnis, 1,1: CCL 2, 921.
[4] Cf. CIC, can. 1176, § 3; can. 1205; CCEO, can. 876, § 3; can. 868.
[5] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1681.
[6] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2300.
[7] Cf. 1 Co 15,42-44; Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1683.
[8] Cf. San Agustín, De cura pro mortuis gerenda, 3, 5: CSEL 41, 628.
[9] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, n. 14.
[10] Cf. San Agustín, De cura pro mortuis gerenda, 3, 5: CSEL 41, 627.
[11] Cf. Tb 2, 9; 12, 12.
[12] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2300.
[13] Cf. Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio, Instrucción Piam et constantem (5 de julio de  1963): AAS 56 (1964), 822.
[14] CIC, can. 1176, § 3; cf. CCEO, can. 876, § 3.
[15] Catecismo de la Iglesia Católica, n. 962.
[16] CIC, can. 1184; CCEO, can. 876, § 3.

miércoles, 19 de octubre de 2016

EXPOCATÓLICA 2016

Los organizadores de la Expocatólica 2016, este año bajo la dirección de la arquidiócesis de Bogotá, han informado que siguen avanzando los preparativos para dar inicio mañana jueves 20 de octubre a la quinta versión de esta gran feria católica, que se realizará en el Centro de Convenciones Compensar.
"La Expocatólica será un espacio donde se mostrarán los servicios que la Iglesia presta al país en diferentes campos, y será la oportunidad para dar a conocer las novedades a nivel bíblico, pastoral, educativo, litúrgico, entre otros, así como nuevas producciones editoriales", señala un comunicado emitido por sus organizadores.
Por su parte el Cardenal Rubén Salazar Gómez indicó que "la Iglesia quiere mostrar lo que es, lo hace, mostrar su presencia en medio de este momento histórico que vive el país; la Iglesia quiere enseñarnos a través de los diferentes stands que se expondrán su tarea, su trabajo, su misión y esto nos ayudará a comprender que es ser miembro de la Iglesia católica y conocer mejor a Dios".
Será un total de 150 expositores nacionales e internacionales que con su presencia y muestras harán vivir a los visitantes el lema propuesto para esta verisión “Desde la misericordia constructores de paz”.
Esta noche en el Palacio Arzobispal en un acto especial, presidido por el Cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez, se marcará el inicio de este gran acontecimiento católico que se extenderá hasta el próximo domingo 30 de octubre.
El acto inaugural se realizará en el auditorio de Compesar mañana 20 de octubre a las 9:00 am y estará a cargo del Cardenal Salazar Gómez, quien luego de un saludo protocolario ofrecerá una rueda de prensa a los medios de comunicación.
El evento apoyado por la Conferencia Episcopal de Colombia, se realizará en Bogotá en la sede de Compensar Av. 68 No 49 A - 47 y estará enmarcado en las celebraciones programadas para el Año de la Misericordia, propuesto por el Papa Francisco. 

San Pablo de la Cruz, fundador de los Padres y Hermanas Pasionistas

Cada 19 de octubre la Iglesia Católica celebra a San Pablo de la Cruz, el fundador de los Padres y Hermanas Pasionistas, quien invitaba a obrar “de manera que todos vean que llevas, no sólo en lo interior, sino también en lo exterior, la imagen de Cristo crucificado, modelo de toda dulzura y mansedumbre”.
Nació en Ovada, Italia, en 1694. Cada vez que pasaba por algún sufrimiento, su madre le recordaba del crucifijo y su padre le leía vida de santos que lo animaban a ser mejor.
Hoy se celebra a San Pablo de la Cruz, fundador de los Padres y Hermanas PasionistasTuvo una aparición de la Virgen en la que se le reveló el hábito, el emblema y estilo de una comunidad religiosa en Jesucristo crucificado. San Pablo le compartió este mensaje a Mons. Gattinara, Obispo de Alejandría, quien le puso el hábito de la pasión.
Más adelante, ante la Virgen “Salus Populi Romani”, en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, hizo voto de promover siempre la Pasión de Jesucristo.
Se asoció con su hermano Juan Bautista y juntos emprendieron la misión de fundar una comunidad. Luego el Papa les permitió fundarla y fueron ordenados sacerdotes en 1727.
San Pablo de la Cruz solía tener una cruz en la mano y a veces usaba una corona de espinas en la cabeza para predicar sobre los sufrimientos de Cristo.
Dice la tradición que en ocasiones se le aparecía a algunas personas para darles indicaciones importantes y luego desaparecía, estando él en otro sitio en ese momento.
Finalmente logró fundar la comunidad de los Padres y las Hermanas pasionistas, que se dedicaron a propagar el amor a la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
El Papa Clemente XIV le concedió a San Pablo de la Cruz la casa y la Basílica de los Santos Juan y Pablo, donde vivió sus últimos días. Fue llamado a la Casa del Padre en 1775 con 80 años de edad.
De esta gran familia Pasionista surgieron San Vicente María Stambri, San Gabriel de la Dolorosa y Santa Gemma Galgani.
Tomado de: https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-se-celebra-a-san-pablo-de-la-cruz-fundador-de-los-padres-y-hermanas-pasionistas-72262/

lunes, 10 de octubre de 2016

FIESTA DE SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA, AGUSTINO

Propuesto por el emperador Carlos V, el religioso agustino Fray Tomás de Villanueva fue nombrado por el papa Pablo III, el 10 de octubre de 1544, arzobispo de Valencia.
Había nacido en Fuenllana, cerca de Villanueva de los Infantes, en 1486, en la actual provincia de Ciudad Real.
Resultado de imagen para santo tomás de villanuevaCursó estudios de artes y teología en la recién fundada Universidad de Alcalá de Henares. En 1516 ingresé en la orden agustina, donde fue prior conventual, visitador géneral y prior provincial de Andalucía y Castilla. Fue eximio predicador, consejero y confesor del rey Carlos I.
A su llegada a Valencia se presentaba a sus ojos una sociedad problematizada. A pesar del esplendor económico-social que experimentaba en aquellos tiempos, al estar la Diócesis más de cien años sin gobierno pastoral directo, la situación moral, no sólo del pueblo, sino también del clero, era realmente lamentable.
Urgía por ello que hubiese en la diócesis de Valencia la atención pastoral conveniente, como clave de una verdadera reforma eclesial.
Para ello utilizó los medios que tenía a su alcance, pero siempre en plena línea evangélica. Le ayudó en esta tarea su obispo auxiliar, Juan Segriá, plenamente compenetrado con los sentimientos del Santo Arzobispo.
Dio una gran importancia a la atención que había que brindar a los sacerdotes. Y fueron la dulzura y el cariño los medios de los que se sirvió. Les orientaba para que supieran cómo tenían que actuar. Decía a los predicadores, por ejemplo, que se tenían que preparar para ejercer el ministerio con la oración y el estudio.
Sabiendo que su deber era exponer la Palabra de Dios, lo hacía adaptándose a las necesidades del pueblo cristiano, teniendo en cuenta a los sencillos y sin cultura. Utilizaba con frecuencia el lenguaje adaptado a los niños, para hacerles asequibles las verdades del Evangelio.
Resultado de imagen para santo tomás de villanuevaDestacó especialmente su atención a los moriscos. Intenté encontrar los medios adecuados para solucionar sus problemas, erigiendo varias rectorías debidamente dotadas y organizando un colegio destinado a los nuevos convertidos, aunque los progresos fueron muy escasos.
Desde el primer momento de su actuación como arzobispo de Valencia, fue consciente de que los bienes de la Iglesia no son de los pastores, sino que son simplemente sus administradores. Y como tal comenzó a comportarse.
Prestó una pródiga atención material a los eclesiásticos, a quienes socorría dadivosamente. A nivel diocesano organizó la caridad con un plan de asistencia y auxilio social permanente. Atendió a todos.
Resultado de imagen para santo tomás de villanuevaLa diócesis de Valencia, tras once años de su ministerio episcopal, quedó marcada por la línea pastoral que trazó, de modo que a su muerte, acaecida el 8 de septiembre de 1586, la Diócesis quedaba organizada y en buen estado.
Desde luego, con la renovación eclesial operada con su actuación pastoral, se inauguraban los tiempos modernos de la Diócesis, que culminarían con la gestión pastoral del arzobispo San Juan de Ribera.
Fue canonizado por el papa Alejandro VII el 1 de noviembre de 1688. Su fiesta litúrgica se celebra el 10 de octubre.

domingo, 2 de octubre de 2016

Visita del Papa Francisco a Colombia NO está condicionada por plebiscito

Resultado de imagen para luis augusto castroEl Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Luis Augusto Castro, aclaró que la visita del Papa Francisco a Colombia “está muy encima de todo lo que tiene que ver con el Sí o el No” del plebiscito que se celebra el 2 de octubre en el país.
El domingo 2 de octubre, los colombianos decidirán en un plebiscito si aprueban los acuerdos de paz firmados por el gobierno, con el presidente Juan Manuel Santos a la cabeza, y la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Resultado de imagen para papa franciscoDiversos medios de comunicación colombianos han relacionado la visita del Papa Francisco a ese país, con la ratificación de los acuerdos de paz.
En declaraciones recogidas por RCN Radio, Mons. Luis Augusto Castro dijo que “la visita del Papa está muy encima de todo lo que tiene que ver con el Sí o el No. Por eso, no hay ninguna relación entre su visita y todo el evento político tan importante que estamos viviendo en Colombia”.
El presidente de la CEC explicó que “obviamente que él quiere que Colombia viva en paz, pero no se mete en esas cosas, menos de condicionar su visita por un resultado político”.
Mons. Castro aclaró además que el Vaticano no ha confirmado la fecha del posible viaje del Santo Padre a Colombia, pero indicó que esperan que se realice durante el primer semestre de 2017.
“Cualquier cosa que se diga sobre la visita del Papa es una opinión personal de uno o de otro. El hecho concreto todavía no se sabe, pero creemos que está muy cerca y eso nos lo informará el Vaticano; de la fecha, los días, los lugares y todo con su visita”, indicó.
Recientemente el presidente de Colombia anunció que la visita del Papa a ese país se realizaría el próximo año. Sin embargo, el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, aclaró que “no hay confirmado ningún viaje a Colombia el año que viene”.