ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA SALUD

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.
Tú conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

lunes, 12 de enero de 2015

¡¡¡ NO TE DIOMEDICES!!!!

En estos días ha salido una nueva serie del canal RCN sobre la vida de Diomedez Díaz, y la campaña publicitaria ha insistido con DIOMEDÍZATE. Pues yo respondo. NO ME QUIERO DIOMEDIZAR, porque con esta palabra lo que se da a entender es que yo debo ser como Diomedez Díaz, seguir su ejemplo, su vida, sus cosas, y eso no puede ser. Su música es chévere, no lo niego, es más, muchas de sus canciones son agradables, pero una cosa fue su música y otra su vida. No me quiero diomedizar porque no quiero vivir en las drogas, no quiero desperdiciar mi vida en borracheras y no quiero usar a la mujer teniendo una y otra o viviendo en adulterio, usándolas para el placer y las rumbas.... entre otras cosas.
Lo que sí debemos hacer es vivir como verdaderos hijos de Dios, en la fe, la esperanza y las buenas obras fruto del Amor puro y sincero de un hijo de Dios que se siente amado por el Padre celestial y que comparte de ese amor con los demás. Dios debe ser nuestro modelo a imitar: Sean santos como su Padre celestial es Santo, le pedía Jesús a sus discípulos. Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, les decía Jesús a sus discípulos y nos continúa diciendo a nosotros. Por eso, a quien debemos seguir de verdad es a Cristo, Él nunca nos falla, nunca nos engaña y siempre está con nosotros en nuestro caminar.

Virgen santa e inmaculada, Nuestra Señora de la Salud, ayúdamos a poner toda nuestra vida en manos de tu Hijo amado, que él sea nuestro camino y nuestra meta. Amén.